Conocimiento ancestral a favor del cambio climático: Puentes Riaño

Sabiduría de comunidades en soluciones al calentamiento global

Redacción
Bienestar
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Astrid Puentes Riaño.
Foto: Ibero

Ciudad de México, México, 10 de marzo. Mayor integración entre disciplinas y un método de trabajo que tome en cuenta el conocimiento ancestral y el generado en las comunidades que sufren los principales embates del cambio climático, permitiría el diseño y la implementación de mejores soluciones a los problemas que se derivan del calentamiento global, opinó la Maestra Astrid Puentes Riaño, Relatora Especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y coordinadora del Laboratorio por la Justicia Ambiental y Climática de la Clínica Jurídica ‘Berta Cáceres’ de la Universidad Iberoamericana.

Previo a su viaje a Ginebra, Suiza, para presentar el informe ‘El Océano y los Derechos Humanos’, la experta conversó con Prensa IBERO sobre justicia ambiental y la importancia de un “trabajo multidisciplinario e integral” cuando el enfoque es estudiar el cambio climático.

En opinión de la experta, en las instituciones de educación superior que analizan la relación de los derechos humanos y el medio ambiente suele suceder que cada especialista trabaja por su cuenta y no se llega a una verdadera integración del conocimiento, “y eso es parte de las desigualdades tan profundas que tenemos”, subrayó.

Para Puentes Riaño, si a través del diseño de ideas la universidad le sirve a la gente y a sus territorios, es necesario integrar a las personas, las comunidades y sus saberes, pues “tienen un montón de conocimiento que la universidad no tiene, y lo que podríamos hacer es complementar con lo que ellas y ellos saben y así avanzar en la creación de soluciones que hoy no estamos viendo. Me parece que es una oportunidad gigante que la universidad tiene”.

La relatora de la ONU mencionó que, incluso, en su informe refiere que el conocimiento ancestral debería de ser reconocido por la ciencia tradicional: “Creo que es un tema bien importante y en particular la IBERO ha hecho muchos esfuerzos interesantes, y creo que hay que seguirse moviendo para escapar de esa visión de Academia que actúa como si lo supiéramos todo, porque no es cierto”.

“Los derechos humanos y el medio ambiente siempre han estado vinculados. En la práctica, los elementos del derecho al ambiente sano incluyen respirar aire limpio, tener un clima seguro, tener acceso a una alimentación sana, poder jugar y trabajar en espacios no tóxicos, tener acceso a agua limpia, y vivir en un ecosistema balanceado”, compartió la Maestra Puentes Riaño al ser cuestionada sobre la creciente preocupación en torno al derecho ambiental que, opinó, deriva del “nivel de contaminación que estamos viviendo”.

“Por ejemplo, hoy en día, de acuerdo con los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS), nueve de cada diez personas en el mundo respiramos aire contaminado. Por eso es importante que estemos hablando de esto y rechacemos las ideas que sugieren que los seres humanos estuviéramos desconectados del medio ambiente porque es una cosa completamente errada.”

La idea que desvincula a la humanidad del ambiente, advirtió la funcionaria de Naciones Unidas, evita que se busque un desarrollo económico que no afecte al planeta, y desincentiva la voluntad política en el tema.

Además, lamentó la especialista “hay mucha presión de intereses privados e intereses económicos” que insisten en la aplicación de actividades insostenibles.

“Necesitamos priorizar la protección del bien colectivo, tanto para las generaciones presentes como para las generaciones futuras, y la ventaja de hablar de Derechos Humanos es que nos ayuda a incorporar temas como el acceso a la información, la transparencia, y la democracia para que las empresas estén obligadas a compartir datos y respetar las normas, y a que si realizan actividades en ciertos espacios hagan los estudios adecuados, como son las manifestaciones de impacto ambiental previas a las obras que se quieren hacer”, invitó la Mtra.

Y en referencia a la presentación de su informe ante la ONU, indicó: “el océano no debería ser principalmente un sitio de extracción de recursos, sino, en realidad un bioma y una parte esencial del ecosistema de la Tierra para que podamos seguir viviendo”.

Y a pesar de que hay quien apoya una explotación indiscriminada de los recursos de la Tierra en presunto beneficio del desarrollo, la docente de la IBERO apuntó a que estas prácticas están empeorando los embates de fenómenos naturales, provocando pérdidas económico y sociales.

“No es natural el nivel de impacto (de los fenómenos naturales) que estamos viviendo hoy”, declaró la Mtra. Puentes Riaño: “Esto está directamente vinculado con el cambio climático y, por ende, con la falta de protección al medio ambiente. Se sigue hablando de proyectos de desarrollo económico sin incorporar el derecho al ambiente sano y eso está causando muchas pérdidas, incluso económicas”.

En el informe, ‘El Océano y los Derechos Humanos’, la relatora de la ONU busca constituir una contribución a la comprensión del océano como bioma único y de su importancia en el marco de los Derechos Humanos, especialmente en relación con las personas, comunidades y grupos marginados.

El texto también aborda la importancia de un enfoque del océano holístico, global, integrado, sensible a las cuestiones de género y basado en los Derechos Humanos y los ecosistemas, con el derecho humano a un medio ambiente limpio, saludable y sano en el centro de ese enfoque.

De igual forma, propone medidas de gestión adaptativas, integradoras y basadas en evidencias para reducir la vulnerabilidad del océano a los daños de la triple crisis planetaria (cambio climático, contaminación y pérdida de biodiversidad) y su impacto acumulativo; e identifica los retos y las oportunidades que plantea el logro de un océano saludable para establecer recomendaciones prioritarias para los Estados, las entidades de las Naciones Unidas y las empresas.

(Con información de Jorge Luis Cortés)