Florida, EU. — Los únicos ciervos de los cayos del mundo, la subespecie más pequeña del ciervo de cola blanca, se encuentran en humedales boscosos y pantanosos bordeados por el Océano Atlántico y el Golfo de México en los Cayos de Florida. Durante años, su mayor amenaza fue ser atropellados por vehículos que circulaban a gran velocidad por la Ruta federal 1 o las carreteras locales.
Pero ahora las aguas que rodean las islas representan el mayor riesgo a largo plazo para esta manada de unos 800 ciervos, ya que el aumento del nivel del mar pone en peligro su único hábitat.
Estos carismáticos ciervos diminutos llevan casi 60 años en peligro de extinción, después de que su población se redujera a unos 50 ejemplares debido a la caza y los cazadores furtivos. Sin embargo, han logrado una formidable recuperación, con un pico de población de unos 1.000 ejemplares a mediados de la década de 2010, antes de que un parásito mortal y el huracán Irma se cobraran un alto precio.
Sin embargo, expertos y defensores de la vida silvestre dicen que esta historia de éxito en conservación hoy está en riesgo de ser deshecha por el cambio climático. El aumento del nivel del mar ya está alterando el paisaje de Big Pine Key y al menos otras 20 islas más pequeñas que los ciervos consideran su hogar.
La mayoría de los ciervos viven en Big Pine Key, una isla pantanosa ubicada a 48 kilómetros de Key West. Deambulan por los vecindarios donde viven unas 4.500 personas, alimentándose en jardines exuberantes y bebiendo agua de cubos que los residentes colocan para ellos a medida que disminuyen los suministros naturales de agua dulce.
Los ciervos de los cayos son mucho más pequeños que sus contrapartes norteamericanas: los machos más grandes miden menos de 1 metro de altura en el hombro y pesan alrededor de 34 kilogramos.
“Siempre fueron vulnerables”, dijo Chris Bergh, el gerente del programa del sur de Florida para The Nature Conservancy, quien supervisa proyectos de aumento del nivel del mar y vive en Big Pine Key. “Ahora son mucho más vulnerables. Y con el nivel del mar que va subiendo y su hábitat reduciéndose, se están volviendo aún más vulnerables”.