En México, hasta octubre de 2024, se han realizado 5 mil 602 trasplantes de órganos. Sin embargo, estos avances en la medicina conllevan un desafío: los pacientes trasplantados deben tomar medicamentos inmunosupresores de por vida para evitar que su cuerpo rechace el órgano trasplantado.
El Dr. Wenhao Chen, profesor asociado e investigador en inmunología de trasplantes en el Hospital Houston Methodist Research Institute, lidera un equipo que está explorando una nueva estrategia para eliminar o reducir el rechazo de órganos, las enfermedades autoinmunes y la dependencia a los inmunosupresores.
Este avance podría transformar la vida de millones de personas.
El rechazo: un mecanismo de defensa natural
“Nuestro sistema inmune está diseñado para protegernos, luchando contra cualquier elemento extraño que percibe como una amenaza. Por eso, cuando se trasplanta un órgano, el cuerpo lo detecta como algo extraño debido a las proteínas distintas del donante y genera una respuesta de rechazo”, explica el Dr. Chen. Para contrarrestar esto, los pacientes deben tomar inmunosupresores diariamente, pero estos medicamentos tienen efectos secundarios severos y, con el tiempo, complican la salud del receptor.
Un hallazgo que cambia las reglas del juego
El Dr. Chen y su equipo han identificado una población de células T similares a células madre que reponen continuamente las células que provocan el rechazo del trasplante. Este descubrimiento sugiere que la acción sobre estas células podría eliminar el rechazo, prolongar la vida de los órganos trasplantados y minimizar las complicaciones asociadas con la desregulación inmunológica en los receptores de trasplantes.
“Estamos investigando por qué el sistema inmunológico es tan persistente y resistente cuando ataca los órganos trasplantados. Hemos identificado las células T CD4 similares a células madre (subtipo de células inmunitarias con capacidad regenerativa) como las principales culpables del rechazo y estamos estudiando cómo modificar su comportamiento para que no ataquen el órgano trasplantado y, al mismo tiempo, preserven la salud general del paciente”, explica el Dr. Chen.
Un futuro sin inmunosupresores
El objetivo final de esta investigación es lograr que los órganos trasplantados sobrevivan indefinidamente sin necesidad de inmunosupresores. Actualmente, los medicamentos existentes no eliminan estas células T persistentes, solo suprimen su respuesta.
El Dr. Chen y su equipo trabajan en formas de modificar o eliminar estas células para garantizar la aceptación completa del órgano. “Imaginemos un futuro donde los pacientes trasplantados no dependan de medicamentos inmunosupresores, vivan sin temor al rechazo y disfruten de una mejor calidad de vida. Es un reto ambicioso, pero estamos avanzando hacia ello”, concluye el investigador del Hospital Houston Methodist.