ALIANZA PARA PROTEGER AL FLAMENCO, ESPECIE EMBLEMÁTICA Y CRUCIAL

“Ofrecen beneficios ambientales y económicos”.

Martha Mejía
Bienestar
FLAMENCOS EN PELIGRO DE EXTINCIÓN

Hay escenarios que muestran que para 2050 al menos la mitad de su hábitat puede perderse, incluyendo las áreas donde se reproducen.

De hermosos colores rosados, patas alargadas y elegante plumaje, los flamencos del Caribe son una especie emblemática de las regiones costeras de la Península de Yucatán, Florida y las islas del Caribe, principalmente Cuba.

Su importancia radica no solo en su belleza y atractivo turístico —que contribuyen significativamente a generar economías locales—, sino también en un papel ecológico que resulta crucial: son indicadores de la salud de los humedales y las lagunas costeras, ecosistemas que proporcionan servicios esenciales como la protección contra tormentas y la filtración de agua.

Además, a través de sus excrementos y su forma de caminar los flamencos facilitan la depuración microbiana de la materia orgánica en humedales salinos. Introducen nitrógeno y fósforo en el agua cuando depositan sus heces. Y remueven los sedimentos mejorando la calidad del agua y reduciendo la carga de nitrógeno.

De ahí que su conservación sea fundamental para preservar estos delicados ecosistemas, que ofrecen beneficios ambientales y económicos valuados en cerca de 30 millones de dólares anuales.

Es por ello que Fundación AXA México, Fundación Pedro y Elena Hernández y Fundación Elisa Carrillo Cabrera han puesto en marcha un proyecto para la protección de esta especie.

“La iniciativa tiene como objetivo profundizar en el estudio del flamenco y promover una mayor conciencia ambiental en la población al interior de las Áreas Naturales Protegidas (ANP) ubicadas en la Península de Yucatán, incluyendo las Reservas de la Biosfera Ría Celestún, Petenes de Campeche y Río Lagartos, así como las ANP de Yum Balam en Quintana Roo”, explica a Vértigo Arturo Garrido, director de Fundación Pedro y Elena Hernández.

Agrega que desde 2015 la organización que representa, en coordinación con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y otros actores relevantes, lleva a cabo de manera directa el Programa de Monitoreo del Flamenco (Phoenicopterus ruber) en estos lugares.

En específico, indica, se busca conocer la tendencia de la población de flamencos para lograr un mejor manejo y conservación de esta especie y su hábitat. Para esto se realizarán estudios con miras a estimar el éxito reproductivo de la especie, censos aéreos (con avioneta) para calcular la población, instalación de localizadores satelitales en flamencos adultos y evaluación de los hábitats prioritarios.

“Ahora toca entender cuál es la descripción de abundancia, o sea, cómo se distribuye a lo largo del año y qué tan abundantes son en estos espacios. Para eso usamos sobrevuelos en avioneta, a la vez que medimos los parámetros de ese hábitat; es decir, si se han modificado a lo largo del tiempo, cómo se encuentran ahora. Y con todos esos datos actualizar la información, dado que se trata de una especie que está cambiando sus patrones de distribución de manera muy acelerada. La hipótesis es que la razón está en el cambio climático, pero para eso hay que probarlo y buscar evidencias”, indica el especialista.

Acciones

A partir de 2024 las fundaciones involucradas colaboran realizando diversas acciones para mitigar el impacto de las actividades humanas sobre la colonia reproductiva de la especie y de su hábitat, con un doble propósito: estudiar aspectos ecológicos de las aves e impulsar la educación ambiental en las escuelas.

Esta iniciativa busca sensibilizar a mil 466 estudiantes y 63 docentes para mejorar la perspectiva de supervivencia de los flamencos de la península, estimada en 45 mil individuos.

“Este proyecto se encuentra dentro de nuestra línea de acción sobre cambio climático. Firmamos el convenio con una duración de 18 meses. El monto inicialmente es de un millón de pesos. Pero la idea es dar continuidad y seguir con este tipo de actividades”, indica Berenice Valencia, directora de Fundación AXA.

Dentro de las acciones puntuales que desarrollarán para la comunidad están la creación de carteles alusivos a los impactos de la fauna feral, creación de materiales didácticos, capacitación de profesores y talleres para los alumnos de nivel primaria de las comunidades costeras con influencia en las ANP de Yucatán que conforman el hábitat de los flamencos.

El otro tema, dice Garrido, es definir las amenazas directas de origen. “Hay escenarios que muestran que para 2050 al menos 50% del hábitat del flamenco puede perderse, incluyendo las áreas donde ellos se reproducen; nosotros año con año hemos dado seguimiento a una de las etapas más espectaculares de la especie, que es cómo se reproducen: desde hermosas danzas de cortejo que se dan en algunos lados de las reservas, hasta cuando se establecen en otras partes del hábitat para realmente constituir sus nidos en pareja. Damos seguimiento a este proceso con ciertas mediciones ecológicas, pero también ayudando a la vigilancia, porque hay un tema de depredación muy importante en aves de anidación por parte de perros ferales en toda esta zona, que hemos reportado a las autoridades”.

Con estas acciones, indica el especialista, se espera impulsar iniciativas que mejoren el nivel de protección y conservación de la especie ante su vulnerabilidad frente al cambio climático, la conversión de los ecosistemas naturales a sistemas productivos (agrícolas, ganaderos y urbanos), la contaminación, la sobreexplotación de poblaciones y el impacto de especies ferales.

“Dado a que son aves migratorias es muy interesante pasar esta información. Por ejemplo: cómo se traslada un flamenco hacia Cuba, las Bahamas, Miami o hacia el Golfo de México. Entonces, es muy importante contribuir para la consolidación de un programa sólido y poder trasladarlo a otra escala, es decir, hacia una cooperación trinacional entre México, Estados Unidos y Cuba”, finaliza Garrido.

El proyecto para la protección del flamenco del Caribe y su hábitat es encabezado por la bailarina mexicana Elisa Carrillo como su embajadora y quien junto con su fundación es también impulsora de esta causa.