Para atender la demanda de proteína animal de 10 mil millones de habitantes[1] en el mundo, de los cuales 150 millones estarán en México, la crianza industrial de pollo, cerdo y bovinos, principalmente, deberá aumentar 70%, un reto que ya impone presiones a la producción de granos sobre todo maíz amarillo, sorgo, trigo y avena.
Sin embargo, el cambio climático impondrá mayores desafíos ante la falta de agua, degradación de los suelos y climas extremos, por lo que será necesario sumar esfuerzos entre sector privado y gubernamental para sortear los efectos.
Ante este escenario, especialistas del Consejo Nacional de Fabricantes de Alimentos Balanceados y de la Nutrición Animal (CONAFAB), comparten algunas acciones que esta industria ha puesto en marcha para impulsar la producción de proteína animal con un menor impacto al medio ambiente:
Reciclar. En un año este sector recicla 28 millones de toneladas de alimentos en promedio, y con ello se reduce la huella de carbono y desperdicios, de los cuales 720,000 toneladas se utilizan como subproductos, para la generación de biodiesel, diésel renovable e ingredientes inocuos, que permiten la creación de otros alimentos balanceados y alimento para mascotas.
- Producción y uso de biocombustible elaborado con grasas recicladas de origen animal, en el que se genera una cantidad menor de CO2, en comparación con las emisiones de diésel en plantas convencionales[3].En este proceso, las plantas de reciclaje tienen un papel fundamental en sus procesos productivos, ya que retienen cinco veces más de emisiones de efecto invernadero (GEI).
- Desarrollar alternativas para sustituir algunas materias primas. Por ejemplo, granos y la pasta de soya, ingredientes fundamentales para la producción de alimento balanceado.
- Mejorar la conversión alimenticia. En 1950 para producir un kilo de huevo se necesitaban 4.5 kilos de alimento balanceado y hoy se logra con 1.95 kilos. Ese mismo año, para un de carne de pollo se lograba con 4.5 kilos de alimento y ahora con 1.85.
- Transitar hacia esquemas de auto generación de electricidad basada en fuentes renovables, como paneles solares e incluso buscan soluciones que van más allá como aprovechar el calor residual de algunos procesos para producir energía eléctrica, lo que se conoce como cogeneración.
La escasez de insumos por los efectos del cambio climático es un reto que exige aplicar las tecnologías para hacer más con menos, de tal manera que se atienda la demanda de proteína animal apetecible, inocua y nutritiva, con la cual también se garantice la rentabilidad para los productores de proteína animal.