La Primera Encuesta Nacional de Experiencias adversas en la niñez (ACEs por sus siglas en inglés), elaborada por el Centro de Primera Infancia del Tecnológico de Monterrey y con el apoyo de Fundación FEMSA, reveló que 9 de cada 10 adultos mexicanos experimentaron al menos una experiencia adversa en su infancia, mientras que el 23% vivió cuatro o más, lo cual aumenta la posibilidad de desarrollar depresión, adicciones, obesidad, diabetes y cáncer, entre otras problemáticas.
En la población infantil, 4 de cada 10 niñas y niños ya han experimentado alguna forma de adversidad, siendo la negligencia emocional (ausencia de atención, apoyo, cariño, estímulo o protección y separación parental) la más frecuente. Este estudio es el segundo en la región: el primero fue desarrollado en Chile en el 2021 por el Centro Cuida.
Sobre la Encuesta y sus resultados Eva Fernández, directora de Valor Social de FEMSA, dijo: “Hago énfasis en los caminos que abre esta encuesta porque no quisiera dejar que el diagnóstico nos paralice. Más bien les invito a entusiasmarse con la posibilidad de unir esfuerzos, como lo hicimos para elaborar este trabajo, y así desarrollar e implementar las soluciones que tanto le urgen a las niñas y los niños”.
Estos resultados se presentaron durante el Segundo Foro Internacional de Primera Infancia organizado por el Centro de Primera Infancia del Tecnológico de Monterrey y Fundación FEMSA los días 20 y 21 de noviembre en donde, desde una visión integral, se abordaron las estrategias y soluciones para reducir y construir un futuro más equitativo en las infancias de México y Latinoamérica.
Entre los especialistas presentes destacaron: Hirokazu Yoshikawa, profesor de la Universidad de Nueva York y codirector del Global TIES for Children Center, reconocido por su liderazgo en psicología del desarrollo y educación y la promoción del bienestar infantil; Pat Levitt, director científico del Saban Research Institute y profesor en el Children’s Hospital de Los Ángeles; y Phil Fisher, profesor de la Universidad de Stanford y director del Stanford Center on Early Childhood.
Asimismo, participaron representantes del Pacto por la Primera Infancia, Save the Children, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE), Sesame Workshop, las Universidades de Yale y Maine, entre otras organizaciones.
Durante la apertura de este Foro, Lorena Guillé-Laris, directora de Inversión Social y Consejera de Fundación FEMSA, reforzó la importancia de la inversión en primera infancia y mencionó que: “Invertir en los primeros años de vida de niñas y niños es clave para reducir desigualdades y pobreza en nuestra región. Necesitamos seguir impulsando estrategias conjuntas que aseguren entornos familiares, escolares y públicos que pongan a las infancias en el centro de sus decisiones.”
Asimismo, Manuel Pérez, director del Centro de Primera Infancia, mencionó que: “Las investigaciones en neurociencia sobre la primera infancia como análisis del funcionamiento y desarrollo del cerebro, comportamiento y emociones, han permitido crear un nuevo paradigma para pasar de la atención de indicadores como pobreza, nutrición, salud o educación, a la visión transversal ligada a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y bienestar, siendo éstos una tarea prioritaria del gobierno y la sociedad”.
Por su parte, Adriana Gidi, directora asociada del Centro de Primera Infancia, señaló que están trabajando con socios académicos e instituciones de categoría mundial para impulsar tres líneas de investigación: 1) difusión de los primeros resultados de la encuesta de experiencias adversas; 2) el estudio sobre estrés tóxico junto con profesores expertos del Children’s Hospital en Los Ángeles que permita entender los factores ambientales que influyen en la infancia; 3) un pacto con la Universidad de Stanford para desarrollar la encuesta de RAPID surveys, la cual permitirá escuchar y amplificar las voces de los cuidadores.
Desde su creación, el Centro de Primera Infancia del Tecnológico de Monterrey y Fundación FEMSA, busca establecer alianzas entre organizaciones de la sociedad civil, instituciones educativas y gobiernos; y, junto con la Universidad Católica y la Universidad de los Andes, impulsarán en México el primer Certificado de Políticas de Primera Infancia, una adaptación para América Latina del programa Early Childhood Policy in Institutions of Higher Education. Esta iniciativa formará líderes con conocimientos específicos en políticas de primera infancia, capaces de desarrollar, implementar y evaluar iniciativas que promuevan el desarrollo integral de los menores en la región, con el aval de las instituciones académicas.