La secuenciación del genoma completo de SARS-CoV-2 en 16 granjas de visones en Dinamarca es la primera evidencia científica de que una especie específica transmite el virus, en este caso de humano a visón y viceversa, por lo que el gobierno de esa nación decidió sacrificar a 15 millones de ejemplares de la especie como medida preventiva.
Los datos científicos disponibles apuntan a que el virus se transmite de manera predominante entre personas por medio de gotículas de saliva y por contacto estrecho, pero existen también ejemplos de transmisión entre seres humanos y animales. Hasta el momento perros, gatos, leones y tigres han dado positivo en la prueba del SARS-CoV-2.
“Sin embargo lo que llama la atención con los visones es que esta especie puede ser infectada por un humano y retransmitir el virus mutado a otros humanos, lo que no había sucedido en otras especies”, explica en entrevista Rosa Elena Sarmiento Silva, académica e investigadora de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM.
Origen
El SARS-CoV-2, el virus que provoca la enfermedad Covid-19, se detectó por primera vez en seres humanos el 17 de noviembre de 2019. A noviembre de 2020 afectó ya a más de 55.6 millones de personas y deja más de 1.34 millones de muertes en el mundo.
Si bien se cree que el coronavirus se vincula ancestralmente con los murciélagos, el virus originario y el anfitrión del SARS-CoV-2 todavía no se han identificado.
En el caso del coronavirus en los visones el trabajo de rastreo se remonta a finales de mayo, cuando tras detectarse los primeros ejemplares que contrajeron el SARS-CoV-2 el gobierno danés obligó a granjeros, veterinarios y laboratorios a notificar síntomas en los visones y se estableció un sistema de vigilancia.
Entonces sonaron las primeras alarmas y las autoridades informaron de dos posibles casos en que humanos se contagiaron por los visones, al tiempo que anunciaron medidas. Un equipo de investigadores que encabezó la científica Marion Koopmans realizó entonces un seguimiento de 16 de estas granjas y se realizaron pruebas PCR y serológicas periódicas al personal, al mismo tiempo que se comparaban las muestras del virus en los casos positivos con las de los animales contagiados.
“Cuando llegamos a las primeras granjas vimos que el virus llevaba tiempo circulando entre los visones. Después hicimos las pruebas: vimos que la variante del coronavirus presente en los animales era diferente de las humanas, pero que los trabajadores en las granjas encajaban en el mismo grupo que los animales”, declaró Koopmans.
En total se hicieron pruebas PCR y serológicas a 97 personas, de las que 67% se infectaron de SARS-CoV-2 en algún momento.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) sigue siendo preocupante que un virus animal se transmita a la población de seres humanos o que la población animal contribuya a amplificar y propagar un virus que afecta a los humanos. “Al moverse entre poblaciones de humanos y de animales los virus pueden sufrir modificaciones genéticas. Esos cambios pueden detectarse gracias a la secuenciación del genoma completo y una vez detectados pueden estudiarse en experimentos las posibles repercusiones de tales casos en la enfermedad que afecta a los humanos”, indica el organismo.
“Hay que tomar en cuenta que cualquier animal de granja está en condiciones de hacinamiento y estrés; se les fuerza a cumplir parámetros de producción ya establecidos. El primer dato que salta de esta transmisión de humano a visones es que fue justo cuando en esa granja la mayor parte de los animales eran hembras preñadas. Creo que es un factor a considerar porque tiene que ver con el estatus inmunológico de los animales, además de ser determinante para que se pudiera establecer la infección”, explica Sarmiento Silva, experta en virología e inmunología.
Según datos oficiales hay mil 139 criaderos de visones en Dinamarca que emplean a unas seis mil personas. Representan 40% de la producción mundial de piel de visón y son el primer exportador mundial. La mayor parte de la exportación es a China y Hong Kong.
Hasta la fecha seis países (Dinamarca, Países Bajos, España, Suecia, Italia y Estados Unidos) notificaron a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) la presencia de SARS-CoV-2 en visones de granja.
Mutación de la cepa
La mutación detectada en visones se produce en una parte del virus conocida como proteína espiga o spike (S), importante para la inmunidad y objetivo de futuras vacunas y tratamientos. Allí, de acuerdo con la OMS, se producen modificaciones que afectan a la espícula viral (peplómero) del coronavirus, es decir, los múltiples “brazos” con los que el patógeno se engancha a las células de su huésped para replicarse.
“La OMS reporta cambios en la proteína S del SARS-CoV-2, que es una proteína que se encuentra en la envoltura viral, la cual tiene muchas funciones importantes, incluyendo permitir que el virus se una a su receptor específico en la célula. Mutaciones en esta proteína pueden conllevar cambios importantes en la estructura de la misma, pero las que hay hasta el momento no demuestran que afecten sus funciones. Por ejemplo que el virus sea más virulento”, detalla la investigadora de la FMVZ.
En este sentido el ministro de Sanidad danés, Magnus Heunicke, también aseguró que aún no hay datos de que dicha mutación cause síntomas más graves de Covid-19. “Esta mutación no agrava las complicaciones causadas por el coronavirus en el ser humano pero sí actúa sobre los anticuerpos, restándoles eficacia, lo que podría significar un problema al desarrollo de la vacuna de coronavirus”, según las autoridades danesas.
Peligro en la granja
“Los animales de granja han estado en el centro de múltiples brotes de enfermedades zoonóticas durante los últimos dos siglos, incluida la influenza aviar H5N1, transmitida de aves de corral a humanos; el virus Nipah, y la influenza porcina H1N1, transmitida de cerdos a humanos”, explica en entrevista Ariana Torres Garduño, gerente de Relaciones Corporativas y Políticas Públicas de HSI México.
Agrega que si bien la pandemia de coronavirus llevó al mundo a reconocer la necesidad de cerrar los mercados húmedos implicados como un origen probable de SARS-CoV-2, las granjas industriales y los mataderos también tienen graves consecuencias para la salud humana y a menudo están mucho más cerca de casa.
Ante tal escenario la propia OMS recomienda a todos los países que mejoren la vigilancia del Covid-19 en los puntos de contacto entre los animales y los seres humanos allí donde se detecten reservorios animales sensibles, incluidas granjas de visones.
“Ello incluye la adopción de medidas de prevención y control de las infecciones para los trabajadores y visitantes de las granjas, así como para las personas que participan en las actividades ganaderas o en los sacrificios”, señaló.
Al respecto Sarmiento Silva agrega que se deben incrementar las medidas de bioseguridad en granjas de cualquier tipo. “Esta fue una llamada de atención para muchas granjas: no debemos de bajar la guardia y mucho menos en esta situación donde nosotros (humanos) podemos estar transmitiendo el virus a otras especies”.