SEMBRANDO ESPERANZA: TRABAJO Y COMPROMISO CON EL MEDIO AMBIENTE

“El rescate del planeta es una convicción personal: no debe depender de intereses partidistas”, afirma el senador Alejandro Armenta.

Martha Mejía
Bienestar
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Como parte de un gran esfuerzo personal y familiar en 1996 inició en Puebla un movimiento ambientalista denominado Jornadas de Reforestación Sembrando Esperanza, que encabeza el hoy senador Alejandro Armenta Mier.

“En casi 26 años hemos sembrado más de dos millones de árboles en territorio poblano. Este esfuerzo no hubiera sido posible sin el consejo de mi padre y sin el acompañamiento de mi familia, de mi esposa y de mi suegra, que hace 25 años me regaló un pedazo de terreno para poder construir un vivero donde ahora producimos la planta para donarla”, señala el legislador.

Puntualiza también que ese esfuerzo cuenta igualmente con el apoyo “de amigos empresarios que nos han regalado fertilizante o bolsas para trasplantar los arbolitos, así como de ejidatarios y comuneros que están en el monte resguardando al bosque”.

En entrevista con Vértigo el presidente de la Comisión de Hacienda en el Senado detalla el trabajo que ha realizado sobre la causa ambiental durante más de dos décadas, así como su preocupación por problemas de contaminación que enfrenta Puebla y cómo se ha sumado a esta causa desde una trinchera personal ya que para él la defensa y la protección del planeta no debe tener tintes políticos.

—¿Qué son y por qué se iniciaron las Jornadas de Reforestación Sembrando Esperanza en Puebla?

—Todo comenzó porque siendo muy pequeño mi padre me inculcó la importancia del bosque. Recuerdo que después, cuando ya era un poco más grande, llegaba hasta Acatzingo, la comunidad en que vivía don Pedro Guzmán, un señor que regalaba juguetes y un árbol a los niños bajo la promesa de plantar y cuidar ese arbolito durante un año; y quien así lo hacía recibía al siguiente año otro juguete y otro arbolito.

Un tercer momento clave “fue cuando en mi adolescencia comencé a trabajar en el campo, en las comunidades de San Cristóbal Hidalgo y Nicolás Bravo. Ahí estuve en contacto con la naturaleza. Aprendí a respetarla y deseé contribuir a su cuidado. Fue tiempo después que creamos la asociación civil Sembrando Esperanza. Y en realidad eso es lo que hacemos: sembrar esperanza y conciencia. Provocamos que los niños generen ese aprecio por la naturaleza y que los adultos cuiden y respeten los bosques”.

Los primeros años, agrega el senador Armenta, “nos íbamos en camionetas que nos prestaba algún ejidatario o comunero a recoger la planta que nos donaban y hacíamos la entrega a la salida de las iglesias. O íbamos a sembrar a los parques. Así empezó nuestra actividad. Luego de muchos años de trabajo en 2020 logramos entregar más de 350 mil árboles. Este año, debido a la pandemia, lamentablemente solo hemos podido entregar 100 mil. Pero vamos a recuperar el ritmo. Esto para nosotros es una forma de decirle ‘gracias’ al planeta”.

—¿Cuál es la estrategia que han seguido en estos casi 26 años? ¿En qué zonas se ha reforestado y por qué ahí?

—En todo este tiempo hemos sembrado más de dos millones de árboles y lo hemos hecho principalmente con voluntarios, ejidatarios y comuneros. Actualmente tenemos más de 250 grupos organizados distribuidos en lo que se conoce como la Ruta de Cortés. Esta zona, que comienza en los municipios de Esperanza y Ciudad Serdán hasta llegar al parque nacional Izta-Popo, y abarca Santa Rita Tlahuapan y San Martín Texmelucan, pasando por la ciudad de Puebla y los municipios de Amozoc y Tepeaca, es decir, toda esta zona que atraviesa la autopista México-Puebla-Veracruz y la Mixteca es la más crítica de Puebla en materia de deforestación: es ahí donde más hemos trabajado.

Sin embargo, apunta, “y de manera personal me satisface informar que este año hemos logrado producir plantas para la zona Mixteca. Se trata del mezquite, que sirve como arbusto y genera suficiente oxígeno. Además de plantas de maguey pulquero y mezcalero. Estas plantas tienen una transformación de dióxido de carbono por oxígeno muy buena. Entonces vamos a donar árboles de estas especies para la Mixteca poblana”.

Nueva jornada

El senador añade que “este año la jornada de reforestación Sembrando Esperanza se realizará en la tercera semana de junio. Esto no tiene que ver nada con la política: el rescate del planeta no tiene por qué depender de mezquindades partidistas. Lo digo con toda claridad: por eso es que son 25 años de este trabajo continuo. No es un tema político, no es una iniciativa a partir de que yo milite o no en un partido político o de que tenga o no una participación política: sea o no senador pienso seguir haciendo esta actividad hasta el último día de mi vida.

—¿Cuáles considera que son las principales problemáticas ambientales que enfrenta hoy Puebla?

—Puebla no tiene problemas diferentes de otros lugares. Vive una situación lamentable de deforestación por la tala ilegal. A escala mundial son alrededor de 165 mil millones lo que representa el negocio de la tala ilegal. Claro que hay una industria que se dedica a esta actividad ilícita que se debe combatir de manera institucional.

Además, indica, “en la entidad hay dos ríos que atraviesan la ciudad, el Atoyac y el Alseseca. La contaminación de estos debido a la evaporación de los gases que producen las fábricas aledañas genera un efecto que multiplica el daño hacia las personas. Toda esa masa de líquidos de las industrias que llegan desde Tlaxcala, la Ciudad de México, que atraviesa la ciudad de Puebla hasta la presa de Valsequillo, son un foco enorme de contaminación que sin duda representa un reto monumental”.

El senador Armenta Mier considera que al problema de la deforestación “en la franja que atraviesa la autopista México-Puebla-Veracruz se le debe dar mayor atención. Nosotros ahí estamos haciendo un esfuerzo privado, pero creemos que las autoridades van a reforzar estas zonas. Nosotros estamos haciendo gestiones para que también lo hagan”.

En este sentido estima que “la reforestación y la industria forestal deberían tener un enfoque de negocio sustentable, como en Noruega; tenemos que ir hacia allá y pensar productivamente. Esta región que te describí en el Valle de Puebla debería ser como Noruega, que es el primer país en el mundo que aprovecha sus recursos naturales. La industria maderera no tendría por qué deforestar los bosques”.

Política de Estado

—Recientemente el Senado aprobó la reforma a la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable. ¿Cuál es su opinión respecto de este trabajo legislativo?

—La Ley de Desarrollo Forestal Sustentable se apega a los compromisos que tiene México con la Organización de Naciones Unidas y con el planeta. El desarrollo sustentable debe ser una realidad de la política pública y de la política de Estado de todos los gobiernos.

Armenta puntualiza que “esta ley representa pasar de una estrategia gubernamental temporal a una política de Estado que vuelva obligatoria la acción del gobierno para garantizar el cuidado del medio ambiente. En este sentido también hay dos iniciativas muy importantes que van caminando para complementar esta ley”.

La primera, explica, “es del senador Ricardo Monreal y atiende el tema de la economía circular. Si logramos que esta iniciativa pase permitiremos que todo el proceso industrial que se genera a partir de los desechos inorgánicos, por ejemplo, papel, vidrio, lata o cartón, y también de desechos orgánicos como son desperdicios de comida, que ambos se puedan aprovechar y con ello terminar con el gran problema de los tiraderos que contaminan los mantos freáticos”.

En este sentido “es necesario que la industria que genera los envases también genere, por obligación, el proceso de recuperación de los plásticos; las barrancas, los mares, los océanos están inundados de desechos plásticos y esos desechos se pueden reutilizar para generar combustible o gasolina. Ya hay tecnología para que todos esos plásticos se puedan reutilizar. Existe un ejemplo exitoso en Huixcolotla, Puebla, donde hasta 80 toneladas diarias de desechos orgánicos de la verdura que se comercializan al día en la central de abasto se transforman en composta y lombricomposta, compuestos que sirven para regenerar la tierra”.

Al respecto el senador morenista estima que “los desechos orgánicos no tendrían por qué tirarse y combinarse y contaminarse con plásticos, papel, cartón y vidrio: hay que separar la basura. Y con esta iniciativa que presentó el senador Monreal eliminaríamos completamente la contaminación de ríos, mares y barrancas”.

La segunda iniciativa “es la que yo presenté y consiste en elevar a rango constitucional el derecho a la vida del planeta. El planeta es un organismo vivo con derechos, pero de los 14 ecosistemas que existen diez están siendo dañados por la acción humana. Estamos sintiendo las consecuencias del cambio climático: cada año más niños mueren por oxígeno contaminado, ocho millones de toneladas de plásticos acaban anualmente en los océanos, además de que 150 especies mueren diariamente. Por ello es nuestra obligación cuidarlo. De ahí que esta iniciativa tenga como objetivo darle rango constitucional a la vida del planeta. Bolivia y Ecuador son los dos países que ya tienen esta disposición dentro de su ley”.

A todo lo anterior se suma hoy la pandemia de Covid-19, “que puso en gran evidencia el descuido que hemos tenido con el planeta. Este desastre debe servir para entender que el planeta es nuestra casa. Por lo tanto, es mi obligación como hijo de la Tierra cuidarlo. Si nosotros no somos conscientes de ello solo estamos propiciando la extinción de la vida humana”, concluye el senador Alejandro Armenta.