LOS SALDOS DE GRACE Y HENRI

Los huracanes son cada vez más devastadores por el cambio climático.

Martha Mejía
Bienestar
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El huracán Grace tocó tierra en México y dejó por lo menos once muertos, al mismo tiempo que en Estados Unidos se aprobaba la declaración de “desastre mayor” en Tennessee por el paso del huracán Henri, que causó la pérdida de al menos 22 vidas y cuantiosos daños materiales.

Los huracanes son enormes motores térmicos de viento y lluvia que se alimentan del agua cálida del océano y del aire húmedo.

Se les conoce como ciclones tropicales cuando se forman sobre el Océano Atlántico, como huracanes cuando lo hacen en el Pacífico y como tifones en los casos en que se originan en el noroeste del Océano Pacífico.

Cambio climático

De acuerdo con los especialistas se trata de fenómenos naturales, pero ya existen pruebas científicas de que la crisis climática los hace cada vez más potentes.

“La proporción de huracanes de alta intensidad aumenta debido a las temperaturas globales más cálidas”, según un nuevo informe climático que la Organización de Naciones Unidas (ONU) publicó recientemente.

Los científicos también descubrieron que es más probable que las tormentas se estacionen y provoquen lluvias devastadoras, así como que duren más tras tocar tierra.

El estudio de más de tres mil páginas, elaborado por 234 científicos internacionales que conforman el IPCC de la ONU, concluye que la interacción humana es la responsable de que la temperatura se eleve, propiamente por consecuencia de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) que provocaron un calentamiento del planeta en 1.1 grados centígrados desde el periodo de 1850 hasta la actualidad.

“Dicho calentamiento ya acelera la subida del nivel del mar, derrite el hielo del planeta y empeora fenómenos extremos como olas de calor, sequías, inundaciones y tormentas. Los ciclones tropicales se vuelven más fuertes y húmedos, mientras que el hielo marino del Ártico se reduce en verano y el permafrost se deshiela. Todas estas tendencias empeorarán”, señala el informe.

Christian Domínguez Sarmiento, investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM, indica que aparte del informe del IPCC varios estudios coinciden en que estos fenómenos meteorológicos pueden ser más intensos, pero variando en su frecuencia.

“No es lo mismo que un pequeño ciclón solo afecte a la península de Yucatán, a que un ciclón tropical enorme impacte varios estados al mismo tiempo”, puntualiza. De ahí que sea imperante saber las características de cada ciclón.

La razón de que los huracanes (ciclones tropicales con velocidades del viento mayores a 119 km/h) sean más riesgosos se debe, entre otros elementos, al aumento de la población y a sus asentamientos irregulares, señala Domínguez Sarmiento.

“Décadas atrás el número de habitantes era menor. Consecuentemente, los ciclones no afectaban a tantas personas como ahora. Además el crecimiento desmedido de algunas ciudades costeras ha hecho que aparezcan asentamientos humanos irregulares donde antes no los había y se construye donde no se debe construir, lo que puede acarrear pérdidas humanas y económicas más cuantiosas”, explica.

Grace

El huracán Grace impactó en dos ocasiones en México: el jueves 19 como huracán categoría 1 en la Península de Yucatán, donde solo dejó daños materiales; y el sábado 21 entró por Veracruz con categoría 3, con vientos de hasta 205 kilómetros por hora.

La tormenta se debilitó al cruzar la península de Yucatán, donde afectó principalmente la zona turística de Tulum, pero de acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) Grace adquirió fuerza rápidamente debido a las aguas relativamente cálidas del Golfo de México antes de alcanzar de nuevo la costa.

En Veracruz ocho personas perdieron la vida a causa de los deslaves e inundaciones, mientras más de 330 mil personas se quedaron sin electricidad debido a la tormenta. Fue en Xalapa donde un alud de tierra sepultó una humilde vivienda donde vivía Adán Moreno junto con su esposa y siete niños. Moreno relató que pasadas las siete de la mañana vio cómo parte de un cerro caía sobre su casa sepultando a toda su familia.

Con la ayuda de sus vecinos y otros familiares logró sacar con vida a uno de sus hijos, pero su esposa y el resto de su familia fallecieron.

Por su lado, el gobierno del estado de Puebla confirmó la muerte de tres personas luego del paso de Grace, con lo que suman al menos once fallecidos.

En Puebla por lo menos 28 municipios quedaron sin energía eléctrica, varias vías resultaron bloqueadas por deslaves y caídas de árboles, y 48 personas debieron ser trasladadas a refugios temporales.

Desastre mayor

Pero Grace no fue el único fenómeno durante esos días: el huracán Henri causó lluvias fuertes, tormentas eléctricas e inundaciones a su paso por Estados Unidos.

Tocó tierra por la tarde del domingo 22 en Rhode Island como tormenta tropical y se desplazó hacia el noroeste a través de Connecticut. Ya antes había enviado lluvias hacia el oeste e inundó zonas tan lejanas como Nueva Jersey antes de llegar hasta Pensilvania.

No obstante, Tennessee se llevó una de las peores partes: murieron al menos 22 personas y más de 45 personas se encuentran desaparecidas.

Los mayores daños a causa del desastre natural se concentraron en torno de Waverly, una localidad de más de cuatro mil habitantes ubicada 100 kilómetros al este de Nashville, la capital de Tennessee.

Ante tal situación el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aprobó la declaración de “desastre mayor” en Tennessee e indicó que se destinarán fondos federales para complementar los esfuerzos estatales y locales de recuperación en las zonas afectadas.

De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional el área registró el sábado 21 de agosto las mayores lluvias en 40 años.

La Agencia de Gestión de Emergencias del condado de Humphreys indicó que los rescatistas siguen buscando entre casas, escombros y restos a 40 personas desaparecidas al oeste de Nashville.

¿Beneficios?

Si bien los huracanes llegan a causar inundaciones y desastres también representan beneficios a la población porque llenan las presas y aumentan la disponibilidad de agua.

“En ciertas partes de México, sobre todo en el norte, estos fenómenos hacen una gran diferencia, sobre todo para la agricultura”, indica Christian Domínguez Sarmiento.

Respecto de la percepción de que los ciclones tropicales devastan costas e impactan a más ciudades y poblaciones, Domínguez dice que la conservación de manglares, dunas costeras y otro tipo de ecosistemas naturales se ha degradado. “Estos ecosistemas funcionan como una barrera natural frente a la fuerza de los vientos de los ciclones y su degradación permite que los ciclones impacten con mayor fuerza, incluso se llegan a intensificar antes de tocar tierra”.

Por ello, indica, es necesario restaurar los ecosistemas y regenerar barreras naturales que ayuden a enfrentar los ciclones tropicales y los frentes fríos. “De esta manera contaremos con ecosistemas que funcionen adecuadamente y eso ayudará a contrarrestar los daños que pudieran ocasionar este tipo de fenómenos hidrometeorológicos”, finaliza.