Cada año en México se observa el fenómeno climático conocido como canícula, que se caracteriza por una disminución en el acumulado de lluvias entre los meses de julio y agosto.
“La causa que lo provoca es una extensión de lo que se conoce con el nombre de anticiclón de las Azores, el cual se ubica en el Atlántico, se mueve hacia el Golfo de México y sus vientos, que circulan en el mismo sentido de las manecillas del reloj, inhiben la formación de nubosidad y lluvias en la región. Esto no indica que deje de llover por completo, solo que disminuye el acumulado total”, explica Alejandra Margarita Méndez Girón, coordinadora general del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), dependiente de la Conagua.
Para 2021 se prevé que este fenómeno, conocido también como sequía intraestival, de medio verano o veranillo, podría presentarse en las zonas noreste, centro-oriente, centro-sur, Pacífico-sur, Golfo de México y Península de Yucatán.
El término “canícula” data de la época de la Antigua Grecia. Se le nombró de este modo al periodo del año en que la constelación del Can Mayor alcanzaba la posición cenital (el centro del firmamento) y equivalía a “los días del perro”.
Anualmente sus efectos son más evidentes en la vertiente del Golfo de México —que incluye a Nuevo León, Tamaulipas y Veracruz—, así como en Guanajuato, Hidalgo, Morelos, Puebla, Tabasco, Estado de México, Tlaxcala y una porción de San Luis Potosí. En las entidades del Pacífico alcanza desde Jalisco hasta Chiapas y la Península de Yucatán.
“El pronóstico es que las temperaturas de esos estados alcancen temperaturas de 35° C; esto con base a la humedad y en un periodo aproximado de 30 días. No obstante, en algunos lugares como Coahuila, Nuevo León y la península de Yucatán tendremos temperaturas por arriba de los 40° C. Por ello es muy importante estar al pendiente de las temperaturas y extremar precauciones”, indica Méndez Girón.
Variabilidad climática
La canícula forma parte de la variabilidad climática de México y su fecha de inicio, duración e intensidad son difíciles de pronosticar con precisión.
Entre abril y mayo se registra el periodo más caluroso del año debido a que las precipitaciones son escasas o nulas y domina un viento cálido del sur en la vertiente del Golfo de México.
Después, entre junio y noviembre se desarrolla la temporada de lluvias y ciclones tropicales.
Sin embargo, de acuerdo con las estadísticas entre julio y agosto se observa una disminución de las lluvias en zonas de los estados mencionados —aproximadamente tres o cuatro semanas después del Solsticio de Verano—, aunque en circunstancias excepcionales en algunas regiones puede iniciar desde junio y extenderse hasta septiembre.
Aunque comúnmente se afirma que la canícula representa los 40 días más calurosos del año, esta aseveración no se cumple en México: pese a que en el noroeste del país sí se registran las temperaturas más altas durante el verano no se encuentra dentro de su temporada lluviosa, por lo que no se observa una disminución significativa de las lluvias entre julio y agosto. Por esta razón estas temperaturas no se asocian con el fenómeno de la canícula.
También cabe señalar que el patrón de déficit de precipitación no es uniforme; es decir, no ocurre en todas las regiones con la misma duración e intensidad y muchas veces puede verse alterado por eventos extremos, como el impacto de algún ciclón tropical o la llegada de ondas tropicales que propicien lluvia en estas regiones. “De ahí la importancia de realizar un monitoreo constante”, indica la coordinadora del SMN.
Sequía y canícula
En el informe Monitor de sequía en México con fecha del 15 de julio de 2021 el Servicio Meteorológico Nacional establece que 14.58% del país se mantiene anormalmente seco (D0); 12.35% con sequía moderada (D1); 9.60% con sequía severa (D2); 4.74% con sequía extrema (D3) y 1.35% con sequía excepcional (D4), para un total de 42.62% de la superficie con algún grado de impacto.
Según el reporte a la fecha solo un estado del país continúa con 100% de sus municipios con algún grado de sequía (D1-D4): Baja California (cuatro municipios con sequía moderada y uno con sequía severa).
Las lluvias de las últimas semanas permitieron la disminución de áreas con sequía principalmente en Sonora, Chihuahua, Durango, Coahuila, Zacatecas, San Luis Potosí, Nuevo León y Tamaulipas.
“Afortunadamente en días pasados tuvimos la presencia del huracán Enrique, que llevó bastante lluvia hacia la zona norte del país. Pero ya se empieza a sentir un poco de sequía en Coahuila y Nuevo León, donde hay temperaturas alrededor de los 40° C. Asimismo la Península de Yucatán también empieza a secarse un poco en cuanto a sus precipitaciones”, explica Méndez Girón.
Pese a que México también atraviesa actualmente por la temporada de huracanes 2021 (del lado del Pacifico se pronostican de 14 a 20 y en el Atlántico de 15 a 20).
“No quiere decir que todos vayan a entrar; de hecho, al país llegan entre cuatro y cinco. Entonces existen condiciones favorables. Cabe mencionar que estamos en un año normal y no tenemos efectos de El Niño ni de La Niña. Y esto ayudará a que tengamos un periodo normal de precipitaciones en todo el territorio”, explica.
Agrega que por fortuna las afectaciones que causa la canícula son controlables: “Ya que es un sistema que se presenta periódicamente la gente y los productores agroganaderos pueden prevenir algunas situaciones”.
No obstante señala que el efecto más relevante sería que la canícula se prolongara y provocara sequías en algunas regiones del país ya de por sí afectadas. “Eso podría dañar la situación económica de esas áreas”, alerta.
Precaución
En este sentido, autoridades del sector salud advierten que entre las principales enfermedades que se asocian con la canícula este 2021 se encuentran intoxicación alimentaria, deshidratación, lesiones térmicas, insolación, diarreas, dolores de cabeza, vómito y golpes de calor.
Por ello emiten las siguientes recomendaciones: no exponerse de manera prolongada a los rayos solares en un horario de 11:00 a 17:00 horas; procurar e incrementar el consumo de líquidos, sobre todo de agua simple; utilizar ropa de colores claros, ligera y holgada, así como artículos que permitan protegerse del sol, como sombreros, gorras o sombrillas.
También tomar un descanso de cinco minutos a la sombra durante las actividades que requieren exposición prolongada al sol y usar protector solar con un factor de protección igual o mayor a 50; lavarse bien las manos antes y después de ir al baño; lavar y desinfectar frutas y verduras que regularmente se comen crudas; y conservar los alimentos en refrigeración.