ACTIVA EL COVID-19 LA COOPERACIÓN CIENTÍFICA INTERNACIONAL

Las políticas de ciencia abierta eliminan obstáculos para la libre circulación de datos e investigación.

Arturo Moncada
Bienestar
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La pandemia de SARS-CoV-2 es la emergencia sanitaria más complicada que el mundo enfrenta en las últimas décadas y el primer desafío que provoca una reacción en cadena de la ciencia a nivel global, poniendo a prueba la capacidad de respuesta de la política científica de los países.

Y es que en emergencias mundiales como esta pandemia las políticas de ciencia abierta eliminan obstáculos para la libre circulación de datos e ideas de investigación, lo que permite acelerar el ritmo de investigación científica fundamental para combatir la enfermedad.

Colaboración

Ante la crisis de Covid-19 prácticamente muchas otras áreas de investigación se detuvieron debido al cambio de prioridades, por lo que muchos científicos de otras disciplinas se involucraron en el estudio del SARS-CoV-2.

Un ejemplo de ello se registró en Estados Unidos, donde la Oficina de Política de Ciencia y Tecnología se unió a expertos de once países para solicitar a editores científicos dar libre acceso a todos los documentos relacionados con el Covid-19 y que los datos asociados estén disponibles en un formato legible por máquinas.

Posteriormente solicitó la colaboración de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), de Microsoft y del Instituto Allen de Inteligencia Artificial (AI2) para desarrollar el Covid-19 open research dataset (“Conjunto de datos de investigación abierta sobre Covid-19” o CORD-19), la colección más extensa de literatura científica, con cerca de 60 mil artículos académicos, relacionada con este virus, con acceso abierto gratuito y que continúa actualizándose en tiempo real.

A continuación lanzó una convocatoria abierta en Kaggle para que expertos en Inteligencia Artificial de todo el mundo desarrollen nuevas técnicas para analizar la información de CORD-19, guiados por las preguntas de investigación identificadas por el comité de las Academias Nacionales de Ciencias y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Asimismo gracias a la colaboración internacional el genoma completo del Covid-19 se dio a conocer apenas un mes después del ingreso del primer paciente al hospital de Wuhan, en una publicación de acceso abierto en The Lancet.

Adelantos

Cristóbal Thompson, director ejecutivo de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF), señala que para enfrentar el coronavirus la colaboración de cientos de centros de investigación en el mundo ofreció la oportunidad de encontrar más rápido una vacuna que dé inmunidad y una cura a los contagiados.

“Desde principios del año, ante la situación inusual que se presentaba, la industria farmacéutica decidió abrir toda su biblioteca de activos y compartió su información con el objetivo de agilizar los procesos de desarrollo”, detalla.

El resultado: al 22 de junio existían en desarrollo 142 vacunas para Covid-19, de las cuales 13 están en fase de evaluación clínica y tres más arrancaron ya la fase 3 para su aprobación final.

Por otro lado, diversos especialistas en Tecnología e Innovación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), como Gustavo Crespi, manifiestan que la crisis de coronavirus arroja además una lección para América Latina y el Caribe sobre la importancia de la ciencia, la tecnología y la innovación como determinantes para cualquier escenario de salida de una crisis.

Crespi afirma que “aunque muy probablemente los grandes avances y respuestas científicas van a provenir de naciones con sistemas científicos más desarrollados, para América Latina y el Caribe es tiempo de fortalecer los sistemas científicos locales con medidas como inversión en infraestructura para biociencia y financiamiento de largo plazo para la generación de capacidades científicas, capaces de enfrentar cualquier eventualidad y tener mayores posibilidades de colaboración internacional cuando se requiera”.

En tanto Wu Hongying, presidenta adjunta del Instituto de Relaciones Internacionales Contemporáneas de China, afirma que “la única manera de erradicar la pandemia es que las diversas naciones del mundo continúen cooperando de forma conjunta”.

Hongying explica que una de las acciones principales de la colaboración de China con la comunidad internacional fue la comunicación epidémica no solo sobre las medidas preventivas para evitar la propagación del virus sino también sobre la información de la secuencia genómica de este. “China lleva a cabo de forma activa una cooperación internacional en materia antiepidémica para hacer frente a amenazas comunes y desafíos”, indica.

De igual manera, agrega, “se coopera con compañías tecnológicas en el combate al virus con el uso de procesamiento de datos y de Inteligencia Artificial, a fin de realizar un monitoreo que siga proporcionando información médica y de vanguardia contra el Covid-19”.

RECUADRO

Logros

En enero de este año 117 organizaciones —incluidas revistas científicas, organismos de financiamiento y centros para la prevención de enfermedades— firmaron una declaración titulada Sharing research data and findings relevant to the novel coronavirus outbreak (“Compartir información y resultados de investigaciones pertinentes para el brote del nuevo coronavirus”), comprometiéndose a proporcionar acceso abierto inmediato a publicaciones de investigaciones con resultados mediante servidores compartidos con la OMS.

En marzo doce países emprendieron la Public health emergency Covid-19 initiative a nivel de asesores científicos en jefe o su equivalente, convocando al acceso público a publicaciones y acceso legible por máquina a información relacionada con el Covid-19, lo cual generó un compromiso aún más firme de los editores.

En abril una coalición internacional de científicos, abogados y empresas tecnológicas pusieron en marcha The open Covid pledge (“El compromiso abierto de Covid”), el cual insta a los autores a permitir el acceso a toda la propiedad intelectual bajo su control de manera gratuita y sin gravámenes, con el fin de ayudar a acabar con la pandemia. Algunos signatarios notables son Intel, Facebook, Amazon, IBM, Microsoft y Massachusetts Institute of Technology.

Ya se comparten información, protocolos y normas utilizadas mediante CORD-19, que sirve de base para el aprovechamiento de datos por técnicas de aprendizaje automático, con el fin de responder a un conjunto de preguntas abiertas acerca del Covid-19.

Hay plataformas en línea que facilitan cada vez más el trabajo colaborativo de los investigadores de Covid-19 en todo el mundo, demostrando el poder de la ciencia abierta.

Fuente: OCDE