Para nadie es un secreto que el uso de la motocicleta en nuestro país está en constante crecimiento: en las calles es evidente que cada día se nota el mayor uso de este medio de transporte debido a las ventajas que representa frente al uso del automóvil en cuestión de economía y rapidez, aspectos por demás importantes en la actualidad.
Al mismo tiempo se puede observar que el uso de la motocicleta por parte de mujeres también crece de manera notable.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) señalan que en 2000 circulaban en México casi 250 mil motocicletas, pero el año pasado la cifra rebasó los dos millones y medio. Y ahora es muy común ver por las calles motocicletas, principalmente de baja cilindrada, motonetas o scooters, y motocicletas de trabajo.
Alberto Hernández, instructor de motociclismo, señala que en los últimos dos años el incremento de mujeres que asisten a sus cursos de manejo ha aumentado de manera considerable. “Casi 80% de quienes asisten a tomar el cursos son mujeres, y de ellas más o menos la mitad se anima a comprar una motocicleta”.
La mayor parte de las mujeres le ha comentado que usa la moto tanto para llevar a sus hijos a la escuela y hacer recorridos cortos, como para realizar labores diarias, incluyendo las compras.
“La necesidad creciente de movilidad que impera en el país no discrimina a nadie y esta realidad obliga a las mujeres a perder el miedo de manejar este tipo de vehículos”, dice Alberto.
“Ellas son más precavidas, seguramente porque valoran más a la familia y los hijos”, añade.
Necesidad
Rubí Magali Gascón vive en Tecámac, Estado de México, y para ella trasladarse a su trabajo todos los días hasta el Distrito Federal es cada vez más difícil, lo que la llevó a tomar la decisión de comprarse una motocicleta.
“Las ventajas son muchas: es mucho más barato, más rápido y, aunque no me lo creas, más seguro. Ya ni siquiera tengo que preocuparme porque el gordito de al lado me venga apachurrando en el transporte público. Imagínate, de mi trabajo para acá son más de dos horas de camino en autobús, pero en moto el tiempo se reduce a la mitad. Yo soy vendedora y para mí ese tiempo es muy valioso”, dice Rubí.
Asimismo, el uso de la motocicleta para las mujeres que trabajan se va convirtiendo en una práctica común.
Marina Fragoso, pequeña empresaria, encontró de hecho en el uso de la motocicleta una forma de vida: “Además de llevar a mis hijos a la escuela, usar moto me ayudó a adquirir seguridad y eso me animó a iniciar mi propio negocio: la venta de artículos por catálogo. Hoy el uso de la motocicleta se ha convertido en mi forma de vida y me ha dado la oportunidad de tener un ingreso y estabilidad económica, pues me permite ir y venir ofreciendo y/o entregando los productos que vendo”.
Marina agrega que antes de usar moto la jornada diaria era agotadora. “Siempre tenía que andar corriendo, llevar a los niños, traerlos, ir de compras y todo caminando o gastando en exceso en transporte público o en taxis. Y ahora, la verdad, es mucho más relajado. ¡Y eso que antes no trabajaba!”
Alternativa
Claudia Ayala es abogada y luego de una serie de experiencias desagradables en el transporte público decidió comprarse un auto. “La situación no mejoró, por el contrario: en diferentes circunstancias, pero padecí otro tipo de problemas como falta de estacionamiento o tarifas caras, el tráfico terrible me estresaba, insultos al por mayor y muchas veces llegaba tarde a mis citas”, relata.
Fue entonces que vio en la motocicleta una alternativa y el cambio, señala, fue radical. “Al principio recibí críticas y recomendaciones de mis padres y amigos quienes decían que era muy riesgoso, pero aprendí que respetando las reglas y extremando precauciones te la llevas bien tranquila. Yo nunca he tenido un accidente con la moto ni me he caído y llevo casi diez años usándola. Por el contrario, ahora disfruto mucho mis traslados. La verdad, a estas alturas ya no me imagino usando otro tipo de transporte, me siento mejor y soy definitivamente más eficiente”.
Son experiencias de vida que muestran este crecimiento constante del uso de motocicletas por parte de mujeres, quienes señalan incluso que se sienten más libres y más independientes.
Hoy basta con ir a las escuelas o a los centros comerciales para ver la cantidad de mujeres, de todas las edades, que usan moto, pero debemos tener claro desde el principio que no hay motocicletas específicas para ellas y aunque sí existen determinados modelos que se adaptan mejor a las necesidades o gustos del género femenino, la seguridad sigue siendo crucial: la altura del asiento de una moto es fundamental a la hora de desenvolverse sobre ella con confianza; llegar bien al suelo con los pies es base de confort y seguridad al maniobrar o simplemente al detener la marcha, tomando en cuenta que estando parados el peso y la altura del asiento toman gran importancia.
No cabe duda que las mujeres en la actualidad sacan provecho de esta alternativa de transporte, pero nunca estará de más recomendar que se maneje con precaución y se use protección, mínimo el casco para ellas y para los niños, recordando que ello puede evitar que un incidente tenga consecuencias lamentables.