“Las tasas negativas son la destrucción del dinero, una aberración económica con base en los errores de muchos bancos centrales y algunos de sus economistas, que comienzan con un diagnóstico erróneo: la idea de que los agentes económicos no toman más crédito o invierten más porque eligen ahorrar demasiado y que por lo tanto el ahorro debe penalizarse para estimular la economía. Es una idea ridícula.
“La inflación y el crecimiento no son bajos debido al exceso de ahorro sino al exceso de deuda, perpetuando el exceso con tasas bajas y alta liquidez y zombificando la economía al subsidiar sectores de baja productividad y altamente endeudados y penalizar la alta productividad con impuestos crecientes y confiscatorios.
“La evidencia histórica de tasas negativas muestra que no ayudan a reducir la deuda sino que la incentivan. El crecimiento de la inversión y el crédito no es moderado porque los agentes económicos sean ignorantes o ahorren demasiado sino porque son más cautelosos en sus decisiones de inversión y gasto, porque perciben que la realidad de la economía que ven cada día no corresponde con el costo y la cantidad de dinero.
“Es incorrecto pensar que las familias y las empresas no invierten ni gastan. Solo gastan menos de lo que desearían los planificadores centrales, cuyo argumento se basa en una inconsistencia: las tasas son negativas porque los mercados las demandan, no porque sean impuestas por el banco central. Si ese es el caso, ¿por qué no dejar que las tasas floten libremente si el resultado va a ser el mismo? Porque es falso”.
Capital gratuito
“La deuda pública se negocia con rendimientos artificialmente bajos y, en lugar de fortalecer las economías, las tasas negativas hacen que los gobiernos sean más dependientes de la deuda barata. Los políticos abandonan cualquier impulso reformista y prefieren acumular más deuda.
“La represión financiera de los bancos centrales comienza con un diagnóstico erróneo, suponiendo que el bajo crecimiento y la inflación por debajo del objetivo es un problema de demanda, no del exceso anterior, y termina perpetuando las burbujas que intentaron resolver. La política de los tipos negativos solo puede ser defendida por personas que nunca han invertido o creado un empleo. Las tasas negativas son una gran transferencia de riqueza de los ahorradores y los salarios reales al gobierno y a los deudores. Un impuesto a la precaución. Son la destrucción de la percepción del riesgo que siempre beneficia a los más imprudentes e ineficientes.
“Los bancos centrales ignoran los efectos de la demografía, la tecnología y la competencia sobre la inflación y el crecimiento del consumo, el crédito y la inversión, y con las políticas equivocadas generan nuevas burbujas que se vuelven más peligrosas que las anteriores. Suecia lanzó su fallido plan de tasas negativas hace casi cinco años y ahora lo ha revertido debido a los riesgos financieros que se crean, precisamente por el riesgo de una desaceleración económica”.
Daniel Lacalle: https://mises.org/wire/why-sweden-ended-its-negative-interest-rate-experiment?utm_source=Mises+Institute+Subscriptions&utm_campaign=01545a67e8-EMAIL_CAMPAIGN_2019_12_31_06_15_COPY_01&utm_medium=email&utm_term=0_8b52b2e1c0-01545a67e8-228073777