México, 12 Noviembre.- Ingenieros de la Universidad de California (UC) en Berkeley desarrollaron un nuevo sensor flexible que puede mapear los niveles de oxígeno en la sangre en áreas de la piel, tejidos y diversos órganos, lo que ayudará a controlar las heridas.
Este desarrollo incluye fotodetectores y diodos emisores de luz impresos, los cuales pueden detectar niveles de oxígeno en la sangre. La base de este desarrollo fue considerar que las lesiones no pueden curarse sin una afluencia constante de oxígeno.
Yasser Khan, egresado de ingeniería eléctrica y ciencias de la computación, comentó que su propósito fue desarrollar equipos ligeros, delgados y flexibles, sún un comunicado de la institución.
El sensor se desarrolló bajo principios de electrónica orgánica impresa en plástico, que se adapta a los contornos del cuerpo. A diferencia de los oxímetros de punta de los dedos, el nuevo sistema puede detectar los niveles de oxígeno en la sangre en nueve puntos de una cuadrícula y puede colocarse en cualquier lugar de la piel.
Según los investigadores, podría usarse potencialmente para mapear la oxigenación de los injertos de piel, o para monitorear los niveles de oxígeno en los órganos trasplantados.
Ana Claudia Arias, profesora de ingeniería eléctrica y ciencias de la computación en la Universidad de California en Berkeley, destacó que todas las aplicaciones médicas que usan monitoreo de oxígeno podrían beneficiarse de un sensor portátil.
Los oxímetros existentes usan diodos emisores de luz (LED) para hacer brillar luz roja e infrarroja, a través de la piel para luego detectar la cantidad de luz que llega al otro lado.
La sangre rica en oxígeno absorbe más luz infrarroja, por lo que al observar la proporción de luz transmitida, los sensores pueden determinar la cantidad de oxígeno en la sangre.
Estos oxímetros sólo funcionan en áreas del cuerpo que son parcialmente transparentes, como las puntas de los dedos o las orejas.
Desde 2014, el grupo de científicos trabaja en el desarrollo de LED orgánicos impresos, que se puedan usar para crear oxímetros delgados y flexibles para las yemas de los dedos o de las orejas.
El equipo se puso a prueba el sistema con un voluntario que respiraba aire con concentraciones de oxígeno progresivamente más bajas, similar a la altura, y descubrió que se correspondía con los que usaban un oxímetro estándar.