A diferencia de la depresión en adultos que se caracteriza por tristeza, falta de ánimo y desesperanza, esta patología en los adolescentes se manifiesta de forma distinta, con una repentina rebeldía, se aíslan del grupo familiar, buscan recluirse en su habitación y cambian de grupo de amigos, advirtió Edilberto Peña de León, especialista en neurosiquiatría y neurorehabilitación.
Destacó que esta condición la presentan uno de cada cinco adolescentes en México, quienes además tienen cambios en su personalidad, trastornos del sueño y la alimentación, señales que deben alertar a los padres. “Pueden unirse a algunas tribus urbanas, como los Emos y en algunos casos, corren el riesgo de probar alcohol y algunas sustancias tóxicas prohibidas”.
El también maestro en Ciencias mencionó que para que los padres y maestros puedan detectarlos oportunamente existe un dato clásico. “Hay un cambio en el patrón académico, si eran estudiantes con buen desempeño, empiezan a reprobar muchas materias, dejan de hacer tareas. Esta condición provoca que no sean tan buenos al hacer trabajos en grupos. En el ámbito familiar se alejan significativamente de las actividades, optan por no estar con ellos los fines de semana, prefieren estar encerrados en su cuarto y participan muy poco en fiestas familiares. Esto sumado, con los síntomas primordiales se puede identificar a un adolescente deprimido”, detalló.
Edilberto Peña exhortó a los padres que identifiquen estas señales en sus hijos adolescentes, a que acudan a un especialista, que en estos casos son los neurosiquiatras, siquiatras y sicólogos.
“Existen pruebas sicológicas estandarizadas para detectar estos síntomas en los adolescentes, y además algunas veces hacemos un examen médico general, un examen neurológico, para descartar algunas causas orgánicas que tienen que ver con la depresión, y donde podremos encontrar algunas alteraciones hormonales, sobre todo en el género femenino”, comentó.
El tratamiento dependerá de cada caso. Existe depresión leve y moderada, para las cuales se utiliza la sicoterapia. En los casos de depresión que pasa de moderada a severa, se recurre al tratamiento farmacológico.
Es importante que los pacientes puedan “conservar un adecuado ciclo sueño-vigilia, mantengan buenos hábitos alimenticios, hagan buen uso de las tecnologías, disminuyan la exposición a la radiación azul de los dispositivos electrónicos, a los que hay que ponerles límites. De igual forma, que no sean tan sedentarios, sino que tengan actividades físicas, porque se ha demostrado que cualquier actividad tiene beneficios en el adolescente”, compartió el especialista en salud mental.
También se cuenta con dispositivos médicos para los adolescentes, en específico la estimulación magnética transcraneal, autorizada por la FDA. “Aunque esta tecnología ya se encuentra en México, no se ha difundido tanto, y a gran escala, las estrategias no farmacológicas, la farmacoterapia y las sicoterapias son las herramientas que se utilizan en la actualidad para tratar la depresión”, dijo.
Finalmente, advirtió que las complicaciones de un adolescente con depresión y sin atención especializada son el intento de suicidio y el suicidio consumado. De hecho hay dos picos en la etapa de la vida, donde tenemos más ideación e intentos de suicidio, es el paso de la adolescencia a la adultez joven y el paso del adulto al adulto mayor, concluyó.