Una edición más de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara cumple con su cita anual. El mayor evento del sector editorial en español puso otra vez los reflectores sobre el libro, de todo tipo y sin discriminaciones. Para todo hay gustos.
La FIL de Guadalajara tiene un público potencial de 800 mil personas y en esta ocasión contó con la participación de mil 900 casas editoriales de 36 países, 144 foros literarios y académicos, así como 650 autores y más de 20 mil profesionales.

Los celebrados
La inauguración puso sobre la palestra a Enrique Vila-Matas, flamante ganador del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2015 y uno de los autores más originales del idioma, celebrado más por escritores que por un público amplio.
Ajeno a los reflectores y con su personalidad un tanto retraída, el catalán pronunció su discurso La escritura es el futuro en el que expresó:
“Estamos en un mundo donde los que leen son una pavorosa minoría; los escritores son sobrevivientes de una especie en extinción; saben que el futuro ya no va a llegar con las alegres formas de una música distinta. Esa nueva realidad ya está aquí, entre todos, como un gran coro, y como autor es difícil mantener la esperanza”.
No menos estelar fue el paso del recién ganador del Premio Cervantes 2015, el mexicano Fernando del Paso. El autor es, sin duda, uno de los personajes del año en el terreno cultural nacional no solo por obtener el reconocimiento más importante del idioma en términos literarios sino también porque en 2015 cumplió 80 años. La FIL por ello le dedicó un emotivo homenaje.
En su intervención Felipe Garrido definió a las tres obras emblemáticas de Del Paso: Noticias del imperio, José Trigo y Palinuro de México, como tres grandes incursiones en tres de nuestros abismos: el lenguaje, el cuerpo y el tiempo.
Con esfuerzos, aunque con buen ánimo, Fernando del Paso tomó la palabra para agradecer a los amigos presentes y a los ausentes, a sus editores de hoy y de ayer, y lamentó sobre todo la ausencia del escritor y poeta jalisciense Hugo Gutiérrez Vega y de la agente literaria española Carmen Balcells, fallecidos en septiembre pasado.

De Rushdie a Welsh
Con Reino Unido como país invitado, la FIL de Guadalajara contó con estrellas como el escocés Irvine Welsh, quien compartió aventuras y desmanes con Guillermo Fadanelli.
Cobijado por la sombra de Trainnspoting, el novelista demostró músculo sobre todo entre los lectores jóvenes, quienes se dedicaron a abarrotar todo lugar donde se presentaba.
Pese a la presencia de sendos autores como el norteamericano Jonathan Franzen, el dramaturgo británico Ian Sinclair, el poeta chileno Raúl Zurita, el académico francés Roger Chartier o el argentino Alberto Manguel, la voz más esperada era la del indobritánico Salman Rushdie, quien acudió al encuentro para presentar su nueva novela, Dos años, ocho meses y veintiocho noches.
Rushdie reivindicó el poder del relato fantástico para hablar de temas reales y crudos. Reconoció que como escritor no le interesa hacer un reflejo de las dificultades que ha atravesado tras las amenazas de muerte ocasionadas por la publicación de su libro Los versos satánicos.
“Sin duda, a los escritores nos impactan las cosas que vivimos, pero a mí no me interesa reflejar eso en mi literatura: para eso está el periodismo”, dijo Rushdie. Y añadió que su objetivo es buscar otros ángulos para hablar del presente y su problemática.
Concluyó que actualmente se viven tiempos difíciles, donde predomina la lucha de la tolerancia contra la intolerancia, de la razón contra la sinrazón.
En el mismo tono político, Antonio Muñoz Molina, otro estelar, hizo una reflexión sobre las responsabilidades ciudadanas. Para el autor de Como la sombra que se va corresponde a los ciudadanos hacer un cambio concreto, gradual y sensible a través de la imaginación creativa para luchar contra los fallos de las leyes y los medios de comunicación.
Destacó que a pesar del ápice democrático que tenemos hoy, donde diferentes demandas se han cumplido, vivimos en un desencanto porque hay necesidades irrenunciables que no siempre se cumplen. Entre ellas están el derecho a poder desarrollar nuestras capacidades, sin importar la condición económica, y la seguridad.
A propósito del funcionamiento jurídico de las sociedades, Muñoz Molina puntualizó que la democracia tiene una gran contradicción que la hace imperfecta: “No se puede tener una sociedad justa y a la vez cordial, pues la justicia por sí misma es fría y puede romper realidades de tajo; por eso a los niños se les debe educar con un pensamiento racional y creativo desde pequeños, para que puedan enfrentarse a esto”.

Industria a la baja
Pero no todo es debate y desfile de figuras. Los números arrojaron algo de frialdad a la celebración del libro: pese a que la Encuesta nacional de lectura y escritura anunció un incremento en el índice de lectura entre los mexicanos, estimado en 5.3 libros leídos al año, la Cámara Nacional de la Industria Editorial registró por segundo año consecutivo una tendencia a la baja.
En la Feria Internacional del Libro de Guadalajara la Caniem informó que el valor de venta del sector ha caído 4.8 puntos porcentuales.
Durante 2014 se produjeron 306 millones de títulos, de los cuales 46% corresponde al sector privado y 54% a organismos oficiales, cifra inferior a 57% de 2013.
La producción de títulos en 2014 registró un decremento de 21% respecto de lo observado un año antes. La reducción significó alrededor de dos mil 700 novedades y tres mil 800 reimpresiones menos en la edición de títulos.
La producción para el mercado abierto fue de 69% del total y comparativamente con 2013 disminuyó 4.8%. En términos de venta de ejemplares, la tendencia es la misma: la variación a la baja fue de 3.2%. Caso contrario fue la venta de libros digitales, que registró un notable incremento: mientras que en 2013 facturó alrededor de 20 millones de pesos, en 2014 alcanzó los 45 millones.
En conferencia de prensa José Ignacio Echeverría, titular de la Caniem, hizo énfasis en la necesidad de revisar los resultados y la metodología de la Encuesta nacional de lectura y escritura 2015, dada la poca correspondencia entre la información que manejan los editores privados y la que ofrece el Conaculta.
Quienes se preguntaron por las ausencias de J.K. Rowling, Richard Dawkins, Ian McEwan y varios más tal vez encuentren respuesta en los números: las cifras nos exhiben a una industria dispuesta a mantener su gran fiesta… pero con austeridad.

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