Tributos imperiales

Recuerdo haber leído en algún opinador financiero que el imperio gringo era el primero de la historia en no cobrar tributos a sus vasallos sino al contrario.

Guillermo Fárber
Columnas
Sólo la entrega de oro puede constituir verdadero pago de deudas internacionales
Foto: Creative Commons

Recuerdo haber leído en algún opinador financiero que el imperio gringo era el primero de la historia en no cobrar tributos a sus vasallos sino al contrario: darles dinero en la forma de foreign aid. Ese opinador (a quien respeto enormemente por otras cosas) no tenía idea de lo que estaba diciendo. Ahora Hugo Salinas Price le explica el asunto con manzanitas en El tributo que pagamos al Imperio.

Ese tributo es lo que errónea y maliciosamente los economistas llaman reservas: “Las reservas monetarias internacionales alcanzaron una nueva marca: poco más de doce millones de millones de dólares (…) La mayor parte son dólares; el resto se reparte entre euros, libras esterlinas, yenes y francos suizos. Las reservas miden la cantidad de crédito que han otorgado los países exportadores a los que emiten monedas consideradas dignas de fungir como reservas para los bancos centrales del mundo”.

Algunos creen que esas reservas son efectivamente dinero. No lo son. Son IOUs, crédito, promesas de pago en papelitos llamados bonos y los tenedores de esas promesas de pago (o bonos) son acreedores, es decir, han extendido crédito.

“Las reservas monetarias del Banco de México son eso e implican que México extiende crédito, principalmente a EU, porque la mayoría de las reservas de Banxico están en bonos en dólares. Extender crédito significa que México no ha cobrado todo lo que se le debe. Estamos financiando a los países que emiten dólares, euros, etcétera, por los montos de reservas de Banxico en bonos denominados en dólares o en otras monedas de reserva”.

Papelitos que nunca se pagarán


“Desde agosto de 1971, cuando los países del mundo dejaron de tener la opción de recibir oro en pago de sus superávit en balanza de pagos, se inició el aumento en la cantidad de reservas monetarias. A falta de oro en pago, el mundo se vio obligado a otorgar crédito mientras llegaba el verdadero pago, que nunca llegó y jamás llegará”.

La cruda verdad es que esa burrada de “reservas” es el tributo imperial que en estos 43 años todos los países que no emiten una moneda de reserva han pagado a los emisores de monedas de reserva. “No puede ser otra cosa que tributo imperial, porque doce millones de millones de dólares en crédito extendido toman la forma de bonos que no se pagarán jamás. Las exportaciones por las cuales se reciben bonos que no se pagarán, son el tributo que el mundo exportador ha entregado al Imperio Americano y a Europa, principalmente”.

Sólo la entrega de oro puede constituir “verdadero pago de deudas internacionales. Mientras no se pague oro seguirá el mundo pagando tributo a los países o zonas que emiten monedas de reserva, en detrimento injusto de los exportadores y en provecho injusto de los emisores de esas ‘monedas de reserva’ que sólo existen como dígitos en computadoras. Nunca en la historia se ha visto semejante carga de tributo impuesta al mundo”.