Hard Candy, una crítica al abuso de menores

Reestreno en México de la obra de teatro Hard Candy.

Hector González
Todo menos politica
Begoña Narváez interpreta a Hayley
Foto: Especial

Hayley Stark es una adolescente de 16 años que se involucra con Jeff, un fotógrafo 19 años mayor.

Quedan de verse en un café y poco a poco la relación parece ir a más. La joven accede a ir a casa del adulto y lo que en principio parece ser la secuencia de un juego de seducción entre un menor y un viejo lobo de mar se convierte en una estrategia de venganza.

Así podríamos resumir Hard Candy, la historia escrita por Brian Nelson que en 2005 fue llevada al cine por David Slade.

La producción independiente protagonizada por Ellen Page y Patrick Wilson se convirtió en un suceso internacional por su forma de abordar el abuso de menores.

En 2013 los derechos del relato de Nielsen fueron adquiridos por México. Gracias al estímulo Efiteatro, Mario Mandujano pudo dirigir la obra que para nuestro país contó con la adaptación de Luis Mario Moncada.

Luego de una primera temporada en el Centro Cultural Helénico el montaje vuelve al escenario, solo que ahora en el Foro Shakespeare. “La obra aborda el tema de la impunidad y la impartición de justicia. Son temas que nos atañen a todos”, explica Mandujano en entrevista con Vértigo.

“Desde su aparición en 2005 nos pareció interesante traerla a nuestro país, pero sin tropicalizarla ni ubicarla en La Merced o la colonia Del Valle”, añade.

Con las actuaciones de Begoña Narváez y Rodrigo Cachero la puesta en escena, comenta el director, resulta pertinente para un país como el nuestro:

“La historia de una niña que se conecta con un fotógrafo a través de internet no podía ser más actual. En el último año es muy interesante ver cómo los mexicanos empiezan a levantar la mano y a decir que si la ley no es capaz de impartir justicia es necesario buscar otros mecanismos para alcanzarla. En el fondo el personaje de Hayley es una persona que no siente que el Estado respete su derecho y por tanto encuentra la manera de aplicarlo”.

Alerta

Más que sugerir la posibilidad de hacerse justicia por propia mano, el director advierte que la intención es poner el dedo en la llaga y hacer un llamado de atención:

“No se trata de promover la justicia de propia mano sino de ver qué pasa por la vida de una persona de 16 años para que crea que puede hacer eso. Me interesa que el espectador piense que puede transformar las cosas aunque sea de manera sutil. Tenemos que empezar a tomar acciones para que esta sensación deje de estar presente”.

Sin perder de vista a los jóvenes Mandujano reconoce que se ocupó de encontrar mecanismos que les resultaran atractivos:

“Gracias a que tuvimos los recursos del Efiteatro pudimos tener cierta soltura de recursos y ofrecer una propuesta de teatro contemporáneo. Exploramos el mundo multimedia y mimetizarlo con el teatro convencional”.

Lejos de competir con la versión cinematográfica, la obra retoma los recursos fílmicos y combina las herramientas propias del teatro. De ahí que sobre el escenario se recurra a audiovisuales.

“El video era una referencia casi obligada. Nosotros venimos del mundo visual, por lo que nos interesa explorar ambos terrenos. Además no podíamos pasar por alto rendirle una especie de tributo a la película. Traer el teatro al cine y viceversa es un juego interesante y que imprime un ritmo diferente al despliegue escénico. El cine nos permite que la historia no se detenga un solo instante y contribuye a generar un vértigo de emociones para el espectador”.

Desafío

Únicamente con dos actores en escena, Hard Candy implicó una estrecha colaboración entre el director y los histriones, en especial con Begoña Narváez, la joven encargada de dar vida a Hayley, una chica que desarrolla un proceso de transformación y que de presunta víctima termina por convertirse en una inclemente vengadora.

“Trabajar con jóvenes, casi niños, implicó un reto muy interesante porque el personaje requiere de un actor muy bien armado y sólido. Es un personaje muy complicado con muchísimo texto, complejo y con muchos matices. Estamos ante una niña de 16 años con un mundo personal muy revolucionado, pero que sigue siendo una menor. Construir verdad a partir de la historia fue nuestra primera dificultad porque necesitábamos un actor prácticamente novel. No podíamos tener a una chica de 35 años”.

Mandujano destaca la versatilidad de la joven actriz de 27 años. “Aportó una gran veta de interpretación. Finalmente el truco de todo está en lo sólido de los personajes, sus arcos dramáticos y sus objetivos. Hay un grito de las mujeres del mundo que clama por justicia entonces es fácil identificarse con esta idea de la venganza y de torturar al pederasta y al violador”.

La adaptación mexicana de Hard Candy supone su estreno mundial en teatro.

La temporada en el Foro Shakespeare se mantiene hasta finales de octubre en los siguientes horarios:

Viernes 20:30 horas, sábados 18:00 y 20:00, y domingos a las 17:30 y 19:30 horas.

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