Para prevenir infecciones y hospitalizaciones que pudieran derivar en la pérdida de la vida entre los 11 millones de adultos mayores en México, que representan 9% de la población, especialistas en geriatría y autoridades sanitarias exhortan a que se vacunen por lo menos contra el neumococo, influenza y herpes zóster (esta última estará disponible en el país a finales de 2014).
A pesar de estar incluidas en la Cartilla Nacional de Salud, la mayoría de los adultos mayores no solicita ni utiliza estas vacunas.
“La vacunación de los adultos no ha sido visualizada como una de las estrategias fundamentales para la promoción del envejecimiento activo y saludable de la población, por lo que es necesario crear conciencia en todos”, señala Flor Ávila Fematt, internista del Colegio Nacional de Medicina Geriátrica de México.
La especialista resalta que la inmunización contra el neumococo e influenza evita enfermedad y muerte: de acuerdo con datos oficiales se reduce hasta 52% la hospitalización y 70% la mortalidad.
“Se evita el uso de antibióticos, disminuye la tasa de resistencia bacteriana y mejora la esperanza de vida”, dice la experta.
Después de los 50
Amir Gómez-León Mandujano, especialista en cardiología geriátrica, destaca la importancia de que las personas con enfermedades crónicas, como diabetes, hipertensión arterial y obesidad, entre otras, sean inmunizadas contra influenza y neumococo, ya que al presentar un sistema de defensa debilitado esta condición podría provocar que las infecciones sean más severas y que el tiempo de recuperación sea más largo.
Además existe el riesgo de sufrir complicaciones cardiacas o renales. De ahí la importancia de mantener su esquema de vacunación al día.
Miembro de la Sociedad Mexicana de Cardiología, Gómez-León Mandujano recomienda que los adultos que superan los 50 años se apliquen la vacuna contra la influenza de forma anual, de preferencia antes de que empiece la temporada de gripe, esto es, antes de octubre.
Asimismo, los adultos mayores pueden vacunarse contra la neumonía en cualquier época del año. Una sola aplicación es suficiente protección para el resto de su vida. Sin embargo las personas menores de 65 años que padecen alguna enfermedad crónica como diabetes o con algún padecimiento que afecte el sistema inmunológico deben consultar a su médico si es necesario volver a vacunarse después de cinco o diez años.
Finalmente Diana Guarneros, especialista en vacunas, dice que la inmunización en adolescentes prevista en el Programa de Vacunación Universal previene contra enfermedades como tétanos, difteria, sarampión, rubéola, hepatitis B, virus de papiloma humano (VPH) y tos ferina, mientras que la vacunación después de los 50 años es relevante para proteger a los adultos de enfermedades como la rubéola, sarampión, hepatitis B, VPH, tétanos, herpes zóster y la enfermedad neumocócica, las cuales se pueden solicitar en las unidades de medicina familiar o en el sector privado.