Veganos pedalean por todo el DF para entregar comida

El día que una camioneta golpeó a Mariana Blanco y le fisuró el coxis mientras repartía comida vegana, todos en la calle voltearon a verla, pero nadie se paró a ayudarla.

David Moreno
Bienestar

El día que una camioneta golpeó a Mariana Blanco y le fisuró el coxis mientras repartía comida vegana, todos en la calle voltearon a verla, pero nadie se paró a ayudarla.

El tiempo se alargó, como si fuera una escena en cámara lenta, y Mariana escuchó los ruidos de la ciudad antes de caer violentamente de sentón al suelo.

La camioneta blanca que salió de la nada y la arrojó de su bicicleta mientras ella cruzaba la calle (con el semáforo en verde), tampoco se detuvo para ver si estaba bien. Simplemente siguió su camino.

Afortunadamente su amigo Yisus Pallares la acompañaba y pudo auxiliarla.

Allí, sobre la avenida Cuauhtémoc, a la altura del Centro Médico Siglo XXI, Mariana se fisuró un hueso a meses de haber iniciado Los Loosers, un servicio de comida vegana que entrega a domicilio en bicicleta a prácticamente cualquier punto de la Ciudad de México.

Ahora, a casi 2 años del incidente, el proyecto que Mariana creó con Yisus a finales de 2011 entrega más de 100 pedidos diarios en todo el Distrito Federal. A veces llegan hasta el estado de México.

Tienen 15 bicimensajeros que recorren cerca de 90 kilómetros diarios en una ciudad que no es amable con los ciclistas.

“La manera más cruda de verlo es que no sabes si vas a regresar con vida. Lo seguro es que te vas a llevar un golpe”, dice Mariana.

Los Loosers nació a raíz de la frustración de no encontrar servicios de comida verdaderamente veganos en el DF y de sentir que no hacían algo para convertir el mundo en un lugar mejor.

En octubre de 2011, poco tiempo después de conocerse, Mariana, de 32 años, dejó su trabajo de 12 años como periodista y Yisus, un diseñador gráfico, de 31, abandonó el empleo que tenía en una tienda de bicicletas. Sentían que no hacían nada que trascendiera.

Compraron un horno de pizza en 5,000 pesos y con un par de bicicletas se lanzaron a las calles de la ciudad a repartir el pan vegano que ellos mismos preparan y hornean.

Cuando lo miran en retrospectiva, ni Mariana ni su equipo de “loosers” consiguen explicarse cómo 2 personas hacían el trabajo que ahora hacen 15.

Quizá la respuesta se encuentra en el hecho de que no recorren la ciudad en bicicleta de punta a punta sólo por ganar un sueldo. Lo hacen por convicción y amor a una filosofía de vida.

Más que hacerse ricos, el objetivo de Los Loosers es brindar una oferta realmente vegana a la Ciudad de México, algo más complicado de lo que suena.

La diferencia entre un platillo vegetariano y uno vegano es que el primero, aunque no contiene carne, puede incluir lácteos y sus derivados.

El segundo, en cambio, no emplea nada de origen animal, pues la ideología vegana consiste en no consumir alimentos o productos que involucren la explotación de otros seres sensibles.

Esto también aplica a ropa, maquillaje, productos de higiene y hasta medicamentos, pues estos últimos, antes de poder ser administrados a humanos los prueban en animales.

“Ser vegano es estar en contra de todo”, dice Mariana.

Además de medicamentos, el doctor que atendió a Mariana tras ser atropellada le recetó comer gelatina y tomar leche para fortalecer sus huesos y recuperarse.

Estos 2 productos contienen calcio. La gelatina se obtiene de la piel, el hueso y el cartílago en las articulaciones.

Mariana se negó a tomar todos ellos. Hasta los medicamentos.

Por si fuera poco, a 2 días del accidente debían tener listo el catering para una boda que pactaron con meses de anticipación.

Entre lágrimas y con el dolor de una lesión de hueso, Mariana preparó la comida para el compromiso y Yisus se encargó de hacer las entregas diarias.

Con todo en contra, cumplieron con el catering y las entregas a domicilio no se detuvieron.

Mariana volvió a subirse a la bicicleta un mes después.


El día a día

Un día de trabajo de Los Loosers inicia a las 5:00 horas, cuando Mariana y Yisus llegan a la central de cocina, un lugar cuya ubicación sólo ellos y su equipo conocen. La de ellos es una panadería “underground”.

Yisus está a cargo del pan y la repostería mientras que Mariana administra la cocina y planea el menú.

A las 7:00 horas llegan los loosers que apoyan en la preparación de los sándwiches y entre las 9:00 y 10:00 el equipo de redes sociales publica la comida del día en Instagram, Twitter y Facebook.

Los pedidos también son a través de las redes, mediante mensajes.

Mariana dice que de esta forma tienen mejor contacto con sus clientes y es más fácil que tomar órdenes por teléfono.

Los bicimensajeros llegan a las 10:00 horas. Ayudan a empacar la comida y alrededor de las 11:00 salen a entregar por las rutas que Mariana traza.

Cuando el pedido llega a su destino, avisan con un mensaje de Facebook o Twitter para que el cliente lo reciba.

En ocasiones la repartición termina alrededor de las 15 horas, pero a veces mucho más tarde. Si alguien pidió su comida para cenar, la llevan en la noche. Han entregado pedidos a las 22 horas.

Por lo general, la comida se termina pasado el medio día. Hay quienes ya no alcanzan a pedir.

Mariana dice que prefieren no comprometerse a tomar pedidos que no podrán entregar o que no llegarán a tiempo antes que quedar mal con sus clientes.

Aunque intentan incrementar cada semana el número de órdenes, no quieren crecer tanto, recurrir a la producción en serie y perder la calidad.

Tampoco están interesados en convertirse en una franquicia, una oferta que les han presentado en algunas ocasiones.

Mariana y Yisus no quieren que la ética vegana de Los Loosers se desvirtúe de ninguna forma.

La tradición vegana y ambientalista de Los Loosers no se limita a la preparación de la comida, cuyos ingredientes compran frescos a productores orgánicos locales.

“Todo es justo”, aclara Mariana.

En la base secreta “looser”, Yisus tiene un pequeño taller de costura donde fabrica las mochilas en que los bicimensajeros entregan los pedidos.

Los empaques y bolsas en que envuelven los sándwiches y postres son de papel reciclado. El respectivo logo lo estampan con un sello. Nada es impreso.

El origen del nombre

“Eres una perdedora”, le dijo uno de sus amigos a Mariana cuando se hartó de su disciplina vegana.

Cada vez que salían de fiesta terminaban en los tacos y Mariana sólo comía de cebolla o aguacate.

Además no tomaba, pues desde adolescente sólo se transporta en bicicleta y el alcohol y la pedaleada son una combinación riesgosa.

Lo que más le molestó a su grupo de amigos de aquel entonces, 6 años antes de iniciar Los Loosers, fue que Mariana no se bajara de la bicicleta ni para salir con ellos.

Ella llegaba pedaleando y ellos llegaban en coche.

Cuando la llamaron “perdedora”, nadie en el grupo de amigos levantó la voz para defenderla. Nadie dijo nada.

Ella les dio la espalda y se fue. No los volvió a ver.

Años después, cuando Mariana y Yisus pensaban en un nombre para su proyecto, ella recordó el incidente y se le ocurrió el nombre perfecto.

“Loser” es la palabra para “perdedor” en inglés. La doble “o” es en referencia a las 2 ruedas de la bicicleta.

Mariana recuerda lo que pensó sobre su amigo cuando éste la rechazó:

“Si soy una perdedora por no hacer lo que tú haces, entonces estoy orgullosa de serlo”.

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