Escoltados por un fuerte dispositivo de seguridad, los diputados fueron trasladados al Centro Banamex para iniciar el segundo periodo de sesiones, sede alterna que en todo momento estuvo custodiada por granaderos y miembros de la Secretaría de Seguridad Pública.
Para llegar al lugar, elegido estratégicamente para que los maestros no arribaran , 4 autobuses de turismo ejecutivo fueron escoltados por más de 10 camionetas blindadas, 2 camiones llenos de granaderos y una decena de patrullas, por lo que Ejercito Nacional, Legaria y Conscriptor se convirtieron en un verdadero caos durante el tiempo que duró el recorrido de los legisladores.
Alrededor de las 20:00 horas, las bancadas arribaron al lugar y se anotaron en una lista que estaba afuera del salón donde se llevaría a cabo el acto solemne.
Aunque los perredistas juraron que no irían a la sesión, en el último minuto se presentó la bancada encabezada por Silvano Aureoles.
Según fuentes del Sol Azteca, quienes permaneciero reunidos cerca de la delegación Venustiano Carranza, el PAN y el PRI fueron quienes desdieron el lugar donde se llevaría a cabo la sesión y no les avisaron con tiempo.
“Nos enteramos por los medios de comunicación donde íbamos a sesionar, hecho que me parece una grosería, las 3 fuerzas estábamos en la negociación, pero al final PAN y PRI decidieron cambiar planes”, sostuvo Fernando Belaunzarán.
Comienza circo de 3 pistas
En uno de los salones del recinto, la Mesa Directiva se sustituyó por 2 grandes mesas para banquetes, flanqueadas por 2 banderas nacionales en cada lado, mientras que al fondo pegado en la pared y recién sacado de la impresora, el escudo nacional con la leyenda “Cámara de Diputados 62 Legislatura”.
Como curules, se acomodaron 500 sillas acolchonadas mientras que 2 pantallas fungieron como tablero para registrar la votación.
En esas condiciones, y con la presencia de 255 diputados, 5 minutos antes de las 21:00 horas, Francisco Arroyo Vieyra, presidente de la Mesa Directiva arrancó de manera oficial la sesión.
No pasaron ni 10 minutos cuando la sesión se convirtió en un verdadero circo, pues los panistas, a gritos y chiflidos, pidieron la salida de Arroyo Vieyra por no incluir las 3 leyes en materia educativa y no 2, como se hizo.
¡Fuera Arroyo, fuera Arroyo! Gritaron los panistas a todo pulmón, secundados por los más radicales de los perredistas.
Sin embargo, cuando Silvano Aureoles tomó la palabra, los panistas también le gritaron “cómplice” pues lo acusaron de doblar las manos ante las presiones del CNTE.
Estor provocó la ira de algunos perredistas e inmediatamente tomaron la tribuna improvisada para hacer de “guarda espaldas” de su coordinador.
Durante 20 minutos todo fue caos, nadie ponía atención, los diputados comenzaron a ponerse de acuerdo para emitir su voto, entraban y salían del salón y buscaban desesperadamente un enchufe libre para conectar sus dispositivos móviles.
Mientras se daban los posicionamiento, un diputado del PAN, cansado de tanta grilla, decidió sacar su iPad y revisar su Facebook, pero como la red no era muy buena, se enojó y guardó su “juguete”.
Minutos después, personal de la Cámara de Diputados avisó que en un salón adjunto, la cena para los legisladores estaba servida y podían pasar a descansar un poco.
El menú consistió en crema, pechuga de pollo rellena de jamón y queso, acompañada de verduras al vapor como guarnición, y de postre pastel de chocolate.
Vino tinto, refresco y café fueron la bebidas que disfrutaron los legisladores.
Se cae sistema de votación
Tras 3 horas de discusión, los diputados se disponían a votar de manera electrónica, a través de un control remoto proporcionado por el lugar donde se realizó el evento, sin embargo, el sistema falló y tuvieron que votar uno por uno con un micrófono.
Ahí se manifestó la división que existe en el PRD, pues mientras la corriente identificada como los “chuchos”, votó a favor, el ala radical lo hizo en contra, bajo el argumento de que en comisiones, el PRI cambió los dictámenes que tenían las sugerencias realizadas por la CNTE.
Al final, las 2 legislaciones, Ley General de Educación y la del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, fueron aprobadas con 356 votos a favor, 64 en contra y 2 abstenciones.
Aunque hubo reservas, ninguna fue aprobada.