“Yo jamás he hecho nada”, dijo mientras lloraba el alcalde electo del municipio oaxaqueño de San Agustín Amatengo, Leninguer Carballido, quien fingió su muerte en 2010 para evitar una orden de aprehensión por una presunta violación.
Durante su declaración preparatoria en el penal de Ixcotel, Carballido aseguró que no falsificó ninguna acta de defunción y manifestó no conocer al médico y al oficial del Registro Civil que certificaron su muerte.
A pesar de esto, aceptó que pagó 250,000 pesos a un amigo perredista para que lo ayudara resolver “un asunto legal”, sin especificarlo.
Con información de Reforma