¿Tú también CFE?

La energía eléctrica, a juicio de los industriales, se convirtió en el principal lastre para el país en materia de competitividad.

Alberto Barranco
Columnas
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En los últimos diez años la deuda de la paraestatal que presume de empresa de clase mundial se incrementó 371%
Foto: tj scenes, Creative Commons

Con el último incremento de 8.4% en las tarifas para usuarios de alto consumo, la energía eléctrica, a juicio de los industriales, se convirtió en el principal lastre para el país en materia de competitividad.

El cálculo habla de que el costo del fluido es ya mayor que el de la región sur de Estados Unidos, incluyendo California, cuya quiebra de la principal empresa que ofrecía el servicio disparó el costo de este.

En el escenario, mientras en Chiapas y Sonora se crean organismos ciudadanos de resistencia, promoviendo miles de amparos contra lo que consideran cobros abusivos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), en Iztapalapa los vecinos están organizados para impedir cortes.

En el remolino, la fracción perredista en la Cámara de Diputados, en réplica de otro en la Asamblea Legislativa, planteó un punto de acuerdo para exigirle a la paraestatal desglosar sus costos para justificar la dureza de sus cobros.

La paradoja del asunto es que la Secretaría de Hacienda señala que los subsidios a los consumidores llegaron ya a un nivel histórico de 42 mil 855 millones de pesos… en sólo un semestre.

El caso, ¡válgame Dios!, es que la empresa públicase ubica en un escenario cercano a la quiebra, al no alcanzar las tarifas eléctricas para cubrir sus costos.

De hecho, en los últimos diez años la deuda de la paraestatal que presume de empresa de clase mundial se incrementó 371%, deteriorándose su patrimonio en 82.2 por ciento.

La compañía mantiene pasivos por 884 mil 261 millones de pesos, la mitad de los cuales corresponde a un faltante en las reservas para atender pensiones y jubilaciones de sus trabajadores.

A los bancos públicos y privados, además de las empresas que contrataron la realización de obras de infraestructura bajo el marco de los Proyectos de Impacto Diferido en el Registro del Gasto (Pidiregas), les debe 214 mil 400 millones.

En esa cuesta abajo en su rodada, de acuerdo a un análisis de su actual director general, Francisco Rojas, la CFE enfrenta insuficiencias presupuestales que el año pasado llegaron a diez mil millones de pesos y para este podrían alcanzar 54 mil millones.

Tarifas caras, empresa en ruinas

Se diría, pues, que como Luz y Fuerza del Centro, la empresa paraestatal se convierte en una carga para el gobierno ante sus propias ineficiencias.

Incapaz de coordinar una estrategia con Petróleos Mexicanos para aprovechar los recursos, la CFE ha incrementado sus importaciones de combustible, es decir gas natural, de 50 mil millones de dólares en 2002 a 160 mil para este año.

Incapaz de ubicar una fórmula para evitar el deterioro de su cartera vencida, esta se ha incrementado a 44 mil 144 millones de pesos, equivalentes a 14% de la facturación total del año pasado.

El escenario sigue siendo el mismo que arrastraba Luz y Fuerza del Centro: enjambre de “diablitos” por todas las grandes ciudades, poblados y aun rancherías; robos de cable de cobre por toneladas; corrupción en la entrega de contratos; exceso de personal, por más que una gran parte de las tareas las realizan empresas outsourcing.

Y aunque 85% de la energía que distribuye proviene de empresas privadas que le venden el fluido que en el papel les sobra tras utilizarlo para autoconsumo, la paraestatal sigue generando energía en carboníferas, pese el alto costo del carbón, en lugar de utilizar coque de petróleo, y en el mejor de los casos la fuerza del viento o la energía nuclear.

La empresa de clase mundial parece de pueblito… bananero.